En septiembre se presenta el paquete económico 2026 (ingresos y egresos) que perfilará el rumbo nacional y sus retos, entre ellos, confrontar las amenazas de invasión y desvaríos arancelarios del gobierno trumpista, prórrogas y chantaje continuo; persistiendo herencias neoliberales como las pensiones privadas de afores de Zedillo y Calderón y el TLC firmado por Salinas que en 2025 significó exportaciones por 617 mil millones de dólares, 35% del PIB, libres de impuestos, a un bajo costo salarial.

El gasto es austero; este año sumó 9.3 billones de pesos (25% del PIB). Se reduce el déficit de 5.7% a 3.9%, se recuperan ingresos y áreas básicas y se hace más con lo mismo, se reasignan y optimizan funciones y descobijan otras. Comparando 2018-2024 se tuvieron aumentos del 100% o más en protección social, costo financiero de la deuda, seguridad nacional, energía y transporte; pago de pensiones 91%, salud 53%; educación 42%; ciencia y tecnología 21%, agro 6% y medio ambiente 4%. Para cubrirlos, subsiste un modelo de ingresos del siglo pasado soportado en ingresos de petróleo. Los impuestos (14% del PIB) son la mitad del promedio OCDE. Afectado por austeridad, crisis pandémica, mayor pago de deuda y bajas contribuciones el crecimiento sexenal fue 0.81%.

Según INEGI, las remuneraciones recuperaron 5.3 centavos por peso, algo no acontecido en 45 años. Al adicionar la protección social, 11 millones de mexicanos salieron de la pobreza. Mejorar desde abajo explica el consenso de gobierno, pero se refleja poco en salarios contractuales y públicos con aumentos cercanos a la inflación. Por la compactación 70% de los trabajadores ya perciben máximo dos salarios mínimos y la tendencia aumenta, con la consecuente desvalorización profesional. Se requieren más fondos y cambios para continuar la mejora del ingreso desde abajo y ampliar el techo para reconocer el esfuerzo profesional. Para un desarrollo propio se enuncia el Plan México con importantes inversiones, la mayor parte, de capital extranjero. De la economía social apenas atisbos.

Existe nuevo poder judicial y mayoría constitucional en el Congreso, con un gasto tensado por múltiples necesidades. ¿Vale la pena no afectar las ganancias bancarias; mantener las afore privadas pese a su notorio fracaso; continuar el alto pago de la deuda o no modificar las bajas contribuciones empresariales? La alianza contra la agresión imperialista ¿requiere a la misma clase política y corporativismo que sostuvo al neoliberalismo y cuyos escándalos ya brotan?

En tanto, electricistas del SME y coordinadora del magisterio democrático que confrontaron al neoliberalismo, unos siguen sin recuperar su fuente de trabajo y otros, sin respuesta a derogar la reforma a las pensiones de 2007. No abrir puertas a la pensión solidaria evidencia carencias profundas pues garantizarla requiere mejores ingresos, empleo formal y una hacienda pública fortalecida. La encuesta de ocupación suma 102 millones de mexicanos mayores de 15 años, pero sólo 27 millones tienen ocupación formal y acceso a una pensión máxima de dos salarios mínimos. Para el resto, la pensión universal de un tercio del salario mínimo. Se mejora, pero faltan cambios de fondo y alternativas equitativas a la crisis mundial. La aprobación del paquete económico 2026 propicia demandar un gasto público más fortalecido.

Integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social, CACEPS, caceps@gmail.com

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