Las criptomonedas se han convertido en uno de los principales medios del crimen organizado para el lavado de dinero. La Agencia Antidrogas (DEA) de Estados Unidos ha alertado del uso de esta tecnología por parte de cárteles mexicanos en diversos informes desde, por lo menos, 2017.
De acuerdo con la empresa Chainalysis, en 2023 México ocupó el lugar 16 a nivel mundial y el tercero en Latinoamérica en posesión y comercialización de criptomonedas. Pese a ello, especialistas consultados por EL UNIVERSAL, señalan que el país tiene un atraso significativo en la regulación de este tipo de activos.
Esta situación abre una ventana de oportunidad para grupos criminales. La DEA advierte que los cárteles adoptan cada vez más las criptomonedas debido a su capacidad para transferir fondos internacionalmente de forma rápida, segura y a través de una tecnología cifrada que limita el acceso a la información de transacciones.
Lee también Criptomonedas, blockchain, wallets: guía para no perderse entre promesas y peligros
¿Cómo usa el narco las criptomonedas?
Las criptomonedas son activos virtuales sin un equivalente físico que no se encuentran respaldados o controlados por un banco central. El Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que los grupos criminales utilizan las monedas virtuales principalmente a través de la dark web, una parte de Internet a la que no se puede acceder a través de los navegadores tradicionales y que se caracteriza por su anonimato, ya que permite a los usuarios ocultar su identidad y ubicación.
Según el FMI, las transacciones con bitcoin en la dark web fueron de 250 millones de dólares en 2012 y de aproximadamente 1 billón de dólares en 2019. La DEA ha documentado que el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación adquieren a través de la dark web los precursores químicos necesarios para la producción de fentanilo por parte de proveedores chinos.
En uno de sus más recientes informes, la agencia antidrogas estadounidense advierte que el lavado de dinero del narcotráfico se ha acelerado debido a la capacidad de los cárteles mexicanos para liberar inmediatamente una cantidad equivalente de criptomonedas tan pronto como reciben el dinero en efectivo.