En una jornada inédita de licencias de última hora y legisladores “desaparecidos” que le dieron a Morena la mayoría calificada, manifestantes hicieron lo impensable: sorprendieron a los senadores cuando debatían el dictamen de la reforma judicial, al irrumpir y dar portazo en las instalaciones del para protestar en contra.

Al filo de las 16:15 horas, trabajadores del Poder Judicial que mantienen un plantón y campamento alrededor de la sede de la Cámara Alta rompieron candados para ingresar por el acceso principal de Paseo de la Reforma 135, subir las escalinatas y llegar hasta el Patio del Federalismo, donde retumbó el grito de “¡traidores!, ¡traidores!”.

Los cientos de manifestantes ocuparon todo el patio e hicieron un primer intento por ingresar al salón de sesiones, pero elementos de resguardo, apoyados por trabajadores de Protección Civil, los recibieron rociándolos con extintores.

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Los inconformes trasladaron sus protestas al recinto alterno del Senado en la calle de Donceles, donde se dio el sí definitivo a la reforma. Foto: Juan Carlos Williams / EL UNIVERSAL
Los inconformes trasladaron sus protestas al recinto alterno del Senado en la calle de Donceles, donde se dio el sí definitivo a la reforma. Foto: Juan Carlos Williams / EL UNIVERSAL

Una parte del contingente subió a los palcos de visitantes y prensa coreando consignas como “¡el Poder Judicial no va a caer, no va a caer!”, por lo que el presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, decretó un receso.

“Ya está aquí la gente y es su responsabilidad la vida de las senadoras y de los senadores”, le advirtió el panista Enrique Vargas.

Al ver la magnitud de la manifestación, Fernández Noroña anunció: “Decreto un receso indefinido. Se levanta la sesión”.

Minutos después, los cientos de trabajadores que irrumpieron en el Senado tomaron el salón de sesiones, donde ya no había senadores del bloque oficial, pero sí del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, con quienes dialogaron y de quienes recibieron el respaldo a sus causas.

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Trabajadores del Poder Judicial rompieron candados para ingresar al recinto legislativo por Paseo de la Reforma 135.
Foto: Francisco Rodríguez / EL UNIVERSAL
Trabajadores del Poder Judicial rompieron candados para ingresar al recinto legislativo por Paseo de la Reforma 135. Foto: Francisco Rodríguez / EL UNIVERSAL

Una vez que la Mesa Directiva citó a los legisladores a reanudar la sesión en la sede alterna de Xicoténcatl, los manifestantes se retiraron, dejando averiadas algunas puertas de madera del Salón de Plenos, para llevar sus protestas afuera del recinto alterno en la calle de Donceles.

Desde antes del mediodía, la solicitud de licencia del senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez y la desaparición del emecista Daniel Barreda marcaron el destino de la reforma judicial, al despejar el camino para la mayoría calificada de Morena y sus aliados.

Los panistas pasaron de la incertidumbre por el paradero de Yunes Márquez, quien interrumpió su comunicación con la dirigencia y los legisladores de Acción Nacional desde el fin de semana pasado, al desasosiego al saber que su compañero “tiraba la toalla”.

La operación de liderazgos morenistas, entre ellos el coordinador de la bancada mayoritaria, Adán Augusto López Hernández, rindió sus frutos: Fernández Noroña anunció al inicio de la sesión del pleno que el senador veracruzano solicitó licencia “por motivos de salud”, por lo que su padre y suplente, Miguel Ángel Yunes Linares, se presentó para rendir protesta ante el azoro e indignación de la fracción panista.

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Una parte del contingente subió a los palcos de visitantes y prensa coreando consignas como “¡el Poder Judicial no va a caer, no va a caer!”. Foto: Berenice Fregoso / EL UNIVERSAL
Una parte del contingente subió a los palcos de visitantes y prensa coreando consignas como “¡el Poder Judicial no va a caer, no va a caer!”. Foto: Berenice Fregoso / EL UNIVERSAL

Yunes Linares, enemigo político del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero reivindicado repentinamente por la 4T, entró al salón de sesiones ovacionado por los senadores de Morena, Partido Verde y Partido del Trabajo, y rechazado por la bancada panista, cuyos integrantes lo recibieron con gritos de “¡traidor!”, “¡poco hombre!” y “¡ratero!”, entre otros.

La senadora blanquiazul Lilly Téllez García le lanzó 30 monedas y lo llamó “Judas Yunes, por traicionar a la Patria”.

En esta primera sesión del día, el debate fue entre panistas. El presidente de Acción Nacional, Marko Cortés, aseguró que es evidente que hubo un pacto de impunidad para doblar al senador Miguel Ángel Yunes Márquez y a su suplente, Miguel Ángel Yunes Linares.

El líder panista reprochó a Yunes Linares su decisión de no sufragar en contra de la reforma judicial, como lo harían todos los legisladores de oposición.

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“Estoy francamente decepcionado porque esos opositores férreos, valientes, ahora los veo sometidos e hincados al poder”, expresó.

“Nadie puede creer que no hubo una presión indebida, corruptora, del gobierno contra la familia Yunes Márquez”, subrayó.

“Es evidente que hubo un pacto de impunidad, es evidente que se acabó la persecución, es evidente que Fernando Yunes va a poder tomar protesta como diputado local, porque sabíamos que tiene una orden de aprehensión y también tenía que estar fuera del país”, enfatizó.

En la reanudación de la sesión vespertina en la vieja casona de Xicoténcatl, Yunes Márquez retomó su escaño —tras la fugaz licenciagaz— para anunciar su voto a favor de la reforma judicial del presidente Andrés Manuel López Obrador y defenderse de quienes lo acusan de traidor: “En la decisión más difícil de mi vida, he determinado dar mi voto a favor del dictamen”.

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En tribuna, el legislador veracruzano, quien el pasado 3 de septiembre se había comprometido públicamente a rechazar la reforma judicial, justificó su cambio de parecer al señalar que dedicó la última semana a estudiar la propuesta.

Ante gritos de los panistas que lo acusaron de traicionar a México, Yunes Márquez respondió: “Ni cobarde ni traidor, salí del hospital para venir a dar las razones de mi voto y para responder a quienes en los últimos días y también hoy, en esta sesión, me han agredido”.

Denunció que ha sido objeto de un linchamiento público “como creo que pocas veces alguien lo ha sufrido, queriendo hacerme responsable del destino de México como si en mis manos realmente estuviera, y no, no está en mis manos”, dijo.

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“No traiciona quien actúa de acuerdo con sus principios, se requiere más valor para ir en contra de la corriente que montarse en ella; el tiempo dirá”, concluyó, ante el grito de Morena y aliados que corearon “¡la reforma va, la reforma va!”.

Al término de su intervención, el aún panista fue directamente con los senadores de Morena para estrechar las manos de Adán Augusto López y Omar García Harfuch, y abrazar a Ernestina Godoy.

Paradójicamente, el voto de Yunes Márquez ya no importaba para la mayoría calificada, aunque sí fue un golpe al corazón del panismo y de la oposición. Y es que la extraña ausencia de Daniel Barreda, de Movimiento Ciudadano, le daba a Morena la mayoría calificada, que ya no necesitaba 86, sino 85 votos para aprobar la reforma judicial.

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