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Nueva York.— Joaquín El Chapo Guzmán Loera no podrá cumplir su deseo de abrazar a su esposa Emma Coronel Aispuro “por unos pocos segundos”. El juez Brian Cogan, al frente del caso que el presunto líder del Cártel de Sinaloa tiene en Estados Unidos y que se empezará a juzgar el próximo martes, le negó la petición por “problemas de seguridad”.
Cogan, a pesar de confesar sentir “empatía” con la petición de El Chapo y reconocer que su conducta durante los 22 meses de prisión ante “procesos y condiciones difíciles” ha sido “ejemplar” y de buen carácter “bajo presión”, los peligros son muy elevados.
“Las mismas preocupaciones que provocaron la implementación [de condiciones severas de encarcelamiento] todavía existen”, reflexionó el juez. Especialmente en vísperas del juicio, cuando en su opinión hay más razones para que Guzmán intente escapar “o amenazar a testigos”.
La decisión del juez trunca la expectativa de un contacto físico entre Guzmán y Coronel, que El Chapo estaba dispuesto que fuera frente a público y ante la atenta mirada de alguaciles y cuerpos de seguridad para que vigilaran que no pasaba información ni trataba de escapar. La promesa de todo eso no fue suficiente.
Los esposos no se han visto desde la extradición de El Chapo a Estados Unidos en enero de 2017, más allá de los intercambios de miradas en las audiencias judiciales previas al juicio que inicia el martes.
A Emma Coronel se le vetó visitarle en la cárcel por miedo de que pudiera recibir instrucciones de su marido para tratar de escapar, seguir liderando el cártel u ordenar extorsiones y amenazas a testigos potenciales.