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Cuando Pablo Gómez Álvarez llegó a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en noviembre de 2021, lo hizo decidido a darle otro giro a la unidad antilavado perteneciente a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Al tener una ideología de izquierda, el integrante de Morena puso la lupa sobre la corrupción como un tema subyacente al de operaciones a través de recursos de procedencia ilícita.
En especial de los políticos de oposición, expresidentes y de otros personajes pertenecientes al Poder Judicial.
Por eso, se tomó muy en serio lo de vigilar las operaciones sospechosas de las personas políticamente expuestas como lo recomienda el Grupo de Acción Financiera (GAFI), en especial de Genaro García Luna, quien fue el enemigo número uno del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Con ello, al igual que su antecesor, Santiago Nieto Castillo, Pablo Gómez Álvarez rompió con los moldes establecidos para un jefe de inteligencia financiera que antes se manejan con bajo perfil, debido a que casi nadie los conocía ni tampoco aparecían en público.
De los ocho titulares que ha tenido la Unidad de Inteligencia Financiera desde su creación en mayo de 2004, ha sido uno de los más controvertidos y cuestionados por haberse manejado de manera independiente de la dependencia que hoy encabeza Édgar Amador Zamora.
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De ahí la crítica que recibió de sus adversarios de haberle dado un manejo político mediante el congelamiento de cuentas con base a la lista de personas bloqueadas.
Así logró mantenerse por cuatro años al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera que, por primera vez, fue dirigida por un economista y político de izquierda que al cerrar su ciclo en su debut como funcionario público de la Secretaría de Hacienda, no lo hizo por la puerta grande sino en momentos en que México se encuentra en el ojo del huracán por los señalamientos de su par de Estados Unidos: la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN, por su acrónimo en inglés), que hizo hallazgos que según el gobierno estadounidense pasaron desapercibidos por la unidad antilavado mexicana.
Gómez Álvarez deja el cargo en medio de la crisis por los presuntos vínculos de Vector, Intercam y CI Banco con operaciones de lavado detectadas por la FinCEN.
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Lo anterior, motivó a Scott Bessent, titular del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, a calificar este lavado como inaceptable.
La salida de Pablo Gómez también se da en un año en que nuestro país será evaluado por el GAFI, no sólo por seguir las recomendaciones antilavado, sino por los resultados obtenidos en la materia.