Más Información
En plena Navidad, asesinan a Francisco Bañuelos, subsecretario de ganadería en Zacatecas; Fiscalía investiga los hechos
Vía Facebook citan a familia para venderles un auto en oferta; banda roba y dispara a matar al padre
Llega Navidad para choferes y repartidores; publican en el DOF decreto para derecho a seguro médico, indemnización y utilidades
Esto es lo que sabemos sobre la huelga de trabajadores de Starbucks en EU; estas son las condiciones por las que luchan
Osiel Cárdenas Guillén pasó a la historia del narcotráfico en México como uno de los capos más sanguinarios durante su liderazgo en el longevo Cártel del Golfo, con asiento en Tamaulipas.
Nacido en el fronterizo Matamoros, el Mataamigos encargó al exmilitar Arturo Guzmán Decenas, El Z1, reclutar a elementos del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) del Ejército para su círculo de protección, dando origen a Los Zetas, los primeros en el país en utilizar tácticas de narcoterror contra sus rivales, como la decapitación y el descuartizamiento.
Cárdenas Guillén fue obrero, mecánico y en el narcotráfico se inició como vendedor de drogas, hasta llegar al liderazgo del Cártel del Golfo, tras la captura y extradición a Estados Unidos, en 1996, del capo Juan García Ábrego.
Lee también: Sentencian a 454 años de prisión a dos integrantes del cártel del Golfo por diversos delitos
Bajo su dirección, el Cártel del Golfo y Los Zetas se extendieron a varios estados del país en medio de una ola de violencia desatada por el control territorial para el tráfico de drogas, secuestro y extorsión.
Durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, Cárdenas Guillén pidió a Carlos Rosales Mendoza, El Tísico, llevar a Los Zetas a Michoacán, entidad en la que anunciaron su arribo al arrojar cinco humanos en un bar del municipio de Uruapan, Michoacán.