Al igual que con el fentanilo, México va tarde en la detección de la xilacina, un fármaco anestésico para uso veterinario que se está consumiendo mezclado con el opioide sintético, anfetaminas y metanfetaminas en las ciudades fronterizas con Estados Unidos, afirmó el director del Servicio Médico Forense (Semefo) de Baja California, César Raúl González Vaca.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el médico forense explicó que esta droga surgió hace más de cinco años y está matando a muchas personas en la Unión Americana, mientras en México ninguna autoridad sanitaria contabiliza casos y muertes por su consumo.
“En Estados Unidos ahorita está matando a muchas personas; aquí nadie la está buscando, no quiere decir —igual que cuando todavía no hacíamos [pruebas] del fentanilo— que no haya [casos]. Seguramente debe haber, pero (...) no los estamos cuantificando. No tenemos ni los reactivos para hacer ese tipo de estudios en México”, lamentó González Vaca.
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En abril del año pasado, la Secretaría de Salud (Ssa), a través de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), alertó a las autoridades de ciudades fronterizas por la posible mezcla de heroína y fentanilo con xilacina, identificado como un sedante no opioide aprobado para uso veterinario, pero no para consumo humano.
Derivado de un estudio realizado dicho año en Tijuana y Mexicali, Baja California, la Secretaría de Salud detectó xilacina en 35 residuos de heroína mezclada con fentanilo, y en 26 residuos de fentanilo, de un total de 300 muestras analizadas.
No obstante, las autoridades sanitarias mexicanas no cuentan a la fecha con registros sobre casos de consumo o sobredosis de esta sustancia, denominada como droga zombi, anestesia de caballo, tranq, tranq dope o sleep-cut.
González Vaca afirmó que la xilacina mezclada con fentanilo, heroína o metanfetamina es una droga muy letal para la que no existe antídoto. “Cuando tenemos una sobredosis de fentanilo se revierte con la naloxona y fácilmente de alguna manera; cuando una persona ya tiene una sobredosis que incluye a la xilacina, difícilmente se revierte y es todavía más letal”, indicó.
En la sede del Semefo, consideró que México va tarde en la detección de casos, a diferencia de Estados Unidos, que inició hace años los estudios para atender el consumo de esta sustancia, que en veterinaria se emplea con fines de sedación, alivio del dolor y relajación muscular de bovinos, equinos y felinos.
“Ya iniciamos tarde en México con la detección del fentanilo y no se está haciendo en todos lados, algo que deberíamos hacer todos. Vamos tarde, porque Estados Unidos empezó hace mucho tiempo con estos estudios, nos tardamos muchos años en empezar a hacer lo que ellos están haciendo.
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“Y tiene ya más de cinco años otra droga de abuso que también está matando mucho en Estados Unidos, que se llama xilacina, ya lo hemos visto en otros estudios, es un fármaco anestésico para uso veterinario, entonces al mezclarlo con fentanilo, anfetaminas, metanfetaminas, pues es todavía [más] mortal”, comentó el médico forense.
De acuerdo con la alerta emitida por la Ssa en abril de 2024, el uso de xilacina en humanos está documentado desde la década de 2000, mezclado con enervantes como la heroína. Suele administrarse por vía intravenosa, intramuscular o subcutánea y sus principales efectos en el cuerpo humano son sensación de euforia, sedación, sequedad de boca, trastorno del habla, desorientación, dismetría, pérdida de reflejos, miosis, hipotensión, bradicardia, hipotermia e hiperglucemia.
La sobredosis de xilacina puede causar una depresión grave del sistema nervioso central, con síntomas de obnubilación, relajación muscular, hipotensión o hipertensión, depresión respiratoria, arreflexia, astenia o apnea, arritmia o insuficiencia cardíaca, paro cardíaco y coma, según la información de la Ssa.
Por ello, la dependencia llamó a personal de los servicios de salud, especialmente en Baja California, a reforzar la atención oportuna de los síntomas de una posible intoxicación o sobredosis por xilacina entre personas que utilizan estupefacientes como heroína o fentanilo.