Más Información
Sheinbaum niega que AMLO esté detrás de la reelección de Rosario Piedra en la CNDH; pide respeto para la funcionaria
PAN oficializa expulsión de los Yunes; argumentan se debe mantener integridad y valores en el partido
Morena y aliados avalan reforma para ampliar delitos con prisión preventiva; excluyen narcomenudeo y defraudación fiscal
Los neurocirujanos Gloria Lilián Román Zavala y Alejandro Serrano Rubio alertaron que una detección temprana de un tumor cerebral infantil permite determinar el tratamiento adecuado, con el que se garantiza un mejor pronóstico y calidad de vida.
Los expertos del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señalaron que estos padecimientos son la segunda causa más frecuente de neoplasias —formación o crecimiento descontrolado de algún tipo de tejido producido de manera anormal— en los pacientes pediátricos recién nacidos hasta los 17 años.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer infantil comprende numerosos tipos de tumores diferentes que se desarrollan en niños y adolescentes. Los tipos más comunes son la leucemia, el cáncer cerebral, el linfoma y los tumores sólidos.
Román Zavala precisó que en la población pediátrica los agrandamientos anormales del sistema nervioso central más frecuentes son los tumores que surgen de los tejidos cerebrales y la médula espinal.
De modo, que las medidas de prevención deben centrarse en los comportamientos que impedirán que lo desarrollen cuando los pacientes sean adultos.
La OMS ha advertido que en los países de ingresos altos, más de 80% de los niños afectados de cáncer se curan, pero en muchos países de ingresos medianos y bajos la tasa de curación es muy baja, con sólo 20% de los casos.
Por ello, es importante detectar el padecimiento en una etapa temprana, pues es más probable que responda a un tratamiento eficaz, aumenten las probabilidades de supervivencia, se reduzca el sufrimiento y el proceso resulte más económico y menos invasivo.
El doctor Serrano Rubio dijo que, según su tasa de crecimiento, se clasifican por grados uno, dos, tres y cuatro, de menor a mayor peligrosidad por la rapidez con la que alcanza volumen.
No hay tumores “buenos”, aclaró el experto. La denominación de benigno se da cuando hay un crecimiento lento, que no suele invadir o destruir tejido cerebral, vasos y nervios contiguos. Esto, debido a presentan una cápsula y cuando se realiza una cirugía para quitarlo en su totalidad, en ocasiones nunca vuelven a aumentar de tamaño.
En tanto, en los malignos su crecimiento es muy rápido; es decir, su índice de división celular es muy acelerado, en forma difusa y desproporcionada con la capacidad de invadir o destruir tejidos adyacentes; dentro del sistema nervioso hay tumores que pueden diseminarse a otra región del cerebro y médula espinal, llamados siembras.
El dolor de cabeza puede ser un dato importante para sospechar de la presencia de tumor cerebral, si además se acompaña de alteraciones de la vista, náusea y vómito, crisis convulsivas o alteración cognitiva o motora, pues esto indica que la presión intracraneal se elevó.
Los padres deben descartar la idea de que tras un golpe en la cabeza se pueda generar un tumor cerebral, los especialistas coincidieron en que es un mito, ya que no hay bases científicas para afirmar ésto.
El Registro Institucional de Cáncer cuenta con datos sobre la población que se atendió en 2019 en el Hospital de Oncología. La información detalla que 592 derechohabientes entre cero y 85 años fueron atendidos por este padecimiento.
La Red Nacional de Registros de Cáncer precisó que se detectan anualmente un promedio de 3 mil 500 nuevos casos.