La desaparición y muerte de su hijo Carlos David a manos de un exfuncionario en 2015, en Xalapa, Veracruz, convirtió a María de Jesús López en una suerte de investigadora, porque fue ella misma quien averiguó quién desapareció y asesinó a su hijo.
A la mujer sólo le bastaron dos meses para dar con el asesino de su hijo, un hombre llamado José Óscar Sánchez Tirado, exdirector general de Prevención y Reinserción Social en esa entidad, quien terminó quitándose la vida en el Penal de Pacho Viejo el 26 de octubre de 2022.
“Cuando yo supe que esta persona se había llevado a mi hijo y lo había matado lo empecé a investigar y a indagar de dónde venía, con quiénes había estado trabajando, y supe que había trabajado con un exfuncionario de la Secretaría de Gobernación; incluso, había sido guardaespaldas de los exgobernadores de Veracruz Miguel Alemán y Fidel Herrera”, comenta.
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María de Jesús agrega que “a los dos meses yo ya sabía quién se había llevado a mi hijo, quién lo mató, pero no podía hacer nada porque su victimario era una persona con una posición económica muy buena y con mucho poder dentro del gobierno de ese entonces”, afirma.
Relata que la investigación que realizó para dar con el responsable de la desaparición y muerte de Carlos David fue una “labor titánica. Fue como en una de esas películas de terror”.
Sin embargo, a raíz de ese hecho se le comenzaron a acercar familiares de víctimas que estaban desaparecidas para solicitar su ayuda y encontrar a su ser querido.
“Desde que localicé a quienes mataron a mi hijo y dónde fue tirado su cuerpo me empezó a buscar la gente para que le ayudara a localizar el paradero de sus seres queridos, porque sé que hay muchas maneras de cómo buscarlos”, comenta.
De 55 años de edad, la mujer, originaria de Veracruz, lidera el colectivo Unidos por la Paz, que en ocasiones sale a las calles para exigir la pacificación de esa entidad federativa, la cual enfrenta altos índices de inseguridad, o para protestar por la creciente ola de desapariciones.
María de Jesús López relata a EL UNIVERSAL que a partir de que escuchó esas voces de auxilio tuvo que meterse a cursos y aprender las leyes de ese estado para poder ayudar a las personas que se le acercaban. “He participado en muchos cursos sobre la tortura, la desaparición forzada y talleres para asesorar a las familias, acompañarlas a la Fiscalía General para que presenten su demanda y analizar sus carpetas de investigación para saber lo que falta. En sí, me he convertido en una investigadora”, comenta.
Y es que la mujer también se dedica a hacer líneas de investigación, mismas que en ocasiones han ayudado a ubicar el paradero de alguna persona desaparecida.
“He apoyado a entre 70 y 80 personas en todo este tiempo, y de esas hemos resuelto seis casos y en estos momentos estoy en otro. Ahí tenemos una línea de investigación delicada porque detrás está la delincuencia, pero, a final de cuentas, lo que nosotros siempre les decimos es que nosotros no los queremos a ellos, lo que queremos es que si te lo llevaste, entrégalo”, comenta.
María de Jesús expresa que no cobra nada cuando algún familiar de un desaparecido le pide su apoyo.
“No les cobro nada, ni para mis pasajes. Ellos quedan muy agradecidos conmigo, ¿qué más puedo recibir por parte de ellos más que bendiciones? Porque yo siempre he dicho que mientras tenga con qué moverme lo haré con gusto, porque nadie está preparado para algo así. Estos casos le cambian la vida a uno totalmente”, comenta.
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La mujer también sale acompañada de familiares de desaparecidos en busca de fosas clandestinas con la esperanza de encontrar los restos de un ser querido.
“Nosotros buscamos y vamos a las fosas, pero creo que no somos nosotras las que debemos de buscarlos, porque ya es una carga demasiado pesada la desaparición de un familiar como para ir a ver otros cuerpos, que nos puede afectar tanto física como sicológicamente. Es muy duro ver un esqueleto o los restos de una persona cercenada, eso afecta muchísimo”, platica.
La activista deja en claro que en el colectivo Unidos por la Paz Veracruz no se lucra con el dolor al que se enfrentan miles de familiares de personas desaparecidas.
“En el colectivo no se lucra, yo no les pido ningún quinto a las personas que se acercan a mí en busca de ayuda. Mientras yo tenga para moverme yo no quiero nada. Yo viví en carne propia lo que es sufrir por un ser querido que ha desaparecido. Muchas familias no conocen sus derechos y hay que orientarlas.
“También hay que prepararlas cuando son casos muy difíciles y explicarles que hay probabilidades de que nunca vayamos a encontrar a su familiar, que es lo más triste. Pero es mejor esto que quedarnos de brazos cruzados y esperando a que el gobierno actúe”, señala.
Testimonios
María de Jesús forma parte del programa #ProtejamosSusVoces, que es una iniciativa conjunta de la Unión Europea y de sus Estados miembros, así como de Suiza y Noruega, para dar a conocer los testimonios de activistas y defensores de derechos humanos.
A través de ese proyecto, las embajadas participantes acompañan a personas defensoras de derechos humanos y a periodistas con diversos perfiles en diferentes estados del país, así como a mujeres que luchan por su derecho a una vida libre de violencia, personas defensoras de la Tierra y de su territorio, de los derechos de las comunidades indígenas, de las personas migrantes, de la población LGBTIQ+ y a otras personas en situación de vulnerabilidad, así como a ambientalistas y personas que luchan por la justicia o a quienes buscan a sus seres queridos desaparecidos en el país.
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