Más de 50% de los en los últimos tres meses por la frontera de Arizona con Sonora, México, llevaba de seis a 30 años viviendo en Estados Unidos, y al menos 40% dejó en ese país a un familiar cercano, documentó la organización Iniciativa Kino para la Frontera ().

En su informe No me dejaron decir adiós, lamentó cómo las políticas migratorias de EU “perturban” a las familias y comunidades establecidas. Las condiciones de detención son inseguras al momento de la deportación, dijo, pues múltiples testimonios reportaron negligencia médica, hacinamiento, exposición a humo tóxico y trauma emocional en los centros de reclusión.

Dichos abusos, detalla, se ven exacerbados por la falta de supervisión adecuada y la presión para enjuiciar a las personas por su primera entrada ilegal a EU, lo que conduce a tiempos de detención más largos. “Las deportaciones son impulsadas tanto por la colaboración de las fuerzas del orden locales como por operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE): el 33% de las deportaciones inician con una detención de las fuerzas del orden regionales o estatales, y casi la mitad provienen de operaciones directas de ICE, generalmente en áreas públicas como las calles y juzgados”, advierte.

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Desde mayo de 2025, KBI ha realizado encuestas breves, anónimas y voluntarias con deportados mexicanos que llegaron a instalaciones temporales del gobierno federal en Nogales, Sonora. La información recopilada revela quiénes son deportados y qué experimentan en el proceso, con 278 encuestas realizadas de mayo a julio de 2025. Según el reporte, 8.1% de los encuestados tenía más de 31 años viviendo en EU; 16.3%, de 21 a 30 años; 11.9%, de 16 a 20 años; 8.1%, de 11 a 15 años; 13.1%, de seis a 10 años; 37.5% tenía una residencia de uno a cinco años y solo 5% tenía un año en el país.

Además, 57.2% de las personas deportadas vivían en Estados Unidos al momento de su detención y el estudio apuntó que muchas tienen raíces en sus comunidades, incluyendo hijos, cónyuges y otros seres queridos nacidos en ese país.

“Según el New York Times, que se basó en informes de ICE y solicitudes con la Ley de Libertad de Información realizadas por el Proyecto de Datos de Deportación de la Universidad de California en Berkeley, el gobierno de EU repatrió a mil 500 personas al día para la primera semana de agosto de 2025, un aumento masivo con respecto a las 255 personas al día antes del inicio de la actual administración”, menciona.

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Además, la gran mayoría de estas deportaciones adicionales involucran a personas sin antecedentes penales. El mismo conjunto de datos muestra que las detenciones de personas sin antecedentes penales se han multiplicado por 20 veces bajo la administración Trump.

“No es sorprendente que 63% de los deportados fueron detenidos en Arizona, ya que casi todas las deportaciones del estado se han realizado desde hace mucho tiempo a través de Nogales, y hay tres centros de detención en el estado.

“Lo que es más sorprendente es el hecho de que más de un tercio de las personas deportadas fueron detenidas en otros lugares, algunas tan lejos como Florida, y transferidas a Arizona para su deportación. Estos traslados a través de múltiples estados y varios centros de detención tienen un costo significativo para las personas”, subraya el informe.

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Aparte de Arizona, otros estados como Washington, Utah, Texas, Oregón, Nevada, Florida y California son testigos de las redadas de agentes de ICE. Así, de las personas deportadas que vivían en Estados Unidos al momento de su arresto, 49.1% reportó haber sido detenido por esa dependencia federal, y 33.3% indicó que fue inicialmente detenido o interrogado por la policía estatal o local antes de que ICE asumiera su custodia.

“Aunque muchas agencias dentro del estado afirman limitar la cooperación, en la práctica, notifican a ICE u otras autoridades federales cuando entran en contacto con indocumentados”, explica Iniciativa Kino para la Frontera.

De los encuestados detenidos que habían vivido en Estados Unidos, 56% informó haber sido separado de sus familias. Muchos residentes de larga data fueron expulsados por la fuerza, dejando atrás a sus hijos, parejas y otros dependientes. De hecho, más de 70% de los que experimentaron la separación familiar dejaron atrás a sus parejas o hijos en Estados Unidos.

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Varios testimonios reportan uso excesivo de la fuerza, arrestos sin documentación adecuada e intimidación, lo que subraya el riesgo que representan incluso en las actividades rutinarias. Los testimonios de los deportados coinciden con informes estadounidenses no gubernamentales sobre las operaciones de ICE en las calles, en juzgados y en lugares de trabajo.

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