En un parque de la colonia Palmas Axotitla, peritos criminalistas y antropólogas extienden cientos de prendas, colocan zapatos e identificaciones encontradas por madres y familias buscadoras, que por cinco días se reunieron en la barranca de Tarango de la alcaldía Álvaro Obregón para buscar pertenencias y pistas que los guíen hacia sus tesoros.
Con presencia mínima de la Guardia Nacional (GN), colectivos de familias y buscadoras independientes dedicaron horas bajo intensos rayos de sol para limpiar, descombrar y escarbar capas de basura en una zona considerada como foco rojo por sus altos índices de criminalidad.
“En 2021 se encontró un cuerpo de una persona desaparecida, estaba debajo de toda esta basura que vienen a aventar los vecinos, la misma población que habita esta zona de la ciudad. Un año estuvo debajo de todos estos restos de loseta, basura, ropa.
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“Es muy probable que podamos tener hallazgos aquí porque es un patrón, se les hace fácil, avientan basura y se va tapando entre el cascajo, el azulejo, todo lo que vienen a aventar, inclusive hay muebles, hay madera, muchísima ropa. Es muy fácil poder tapar un cuerpo”, dice la activista Jaqueline Palmeros.
Luego de revisar la ropa y artículos que encuentran, estos son resguardados por la fiscalía de la Ciudad de México y a través de fotografías, crean un catálogo en donde pueden acceder las familias para corroborar que no pertenezcan a sus seres queridos desaparecidos.
“Por estos lugares nos rodean con taxis y motos, nos vigilan del otro lado. Necesitamos más seguridad porque las familias, estamos expuestas a muchos peligros, cada búsqueda es un riesgo, ya nos tuvimos que acostumbrar, pero eso no nos para. Cuando salimos, el miedo se queda en casa”, agrega.
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Los colectivos Mariposas en Búsqueda de Verdad y Justicia, Hasta Encontrarles, el Colectivo Raúl Trujillo de Guerrero y Una Luz en el Camino se reunieron del 19 al 23 de mayo desde las 06:30 horas para comenzar con las actividades y la extensa jornada con sus habituales picos, palas, machetes y rastrillos.
Las buscadoras van preparadas: saben cuánta agua tomar, cómo cubrirse del sol, qué hacer si ven víboras y alacranes, conocen cómo desmontar el terreno y separar los hallazgos; llevan guantes, sombreros, dulces, medicamentos y protector solar.
Están esperanzadas a que la tierra les hable, de que sus hijos y esposos desaparecidos las escuchen exclamar: “¿por qué les buscamos? porque solo nosotras les encontramos”.
Como siempre, denuncian, son ellas las únicas interesadas en descubrir la verdad y ponen el cuerpo y alma para agilizar el proceso. Sin embargo, no pueden decir lo mismo de los elementos de la fiscalía de la Ciudad de México, especialmente de la Policía de Investigación (PDI).
“Las familias somos las que se siguen rompiendo la madre y tenemos que ser parejos. Yo quisiera que nos dijeran cuál es la función de Policía de Investigación, todo el tiempo parados, con el celular: ni pichan, ni cachan, ni dejan batear. Hay cuatro compañeros de Guardia Nacional, son insuficientes para un cuidado perimetral. Que nos expliquen, que aquí baje el director y nos diga cuál es su función”, señalaron
Durante toda la semana, el personal de seguridad fue insuficiente a pesar de que las familias detectaron halcones vigilando. Lamentaron que personal de la PDI cumpla con asistir a las búsquedas en campo de personas desaparecidas, sin embargo, el apoyo es mínimo e, incluso, entorpecen sus actividades.
“Los policías están con el celular, bien a todo dar y acostados en la sombra. Entonces, yo sí quiero saber y que nos especifiquen cuál va a ser su función. Porque si yo llego y les digo: ‘ponte a cribar conmigo, ponte a agarrar un rastrillo y ponte a buscar, dicen que no son sus funciones. Si así van a ser las búsquedas generalizadas por patrones, no nos conviene, honestamente”, reprocharon.
En algunas ocasiones, el alimento y agua no fueron suficientes, comenzaron tarde y hubo desorganización por parte de las autoridades, hechos que retrasan el objetivo de las buscadoras.
Acompañadas de la Comisión de Búsqueda de la Ciudad de México, de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corena), cuerpo de bomberos, elementos del grupo Zorros y del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), se encontraron cientos de prendas y huesos de fauna en un perímetro de la barranca, cuya altura es de 50 metros.
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“Necesitamos reforzar esfuerzos. Nosotros estamos aquí por necesidad y por amor. Nosotros perdemos trabajo, dejamos hijos en casa, dejamos de ir a la escuela, muchas cosas por venir a buscar, porque es nuestro corazón el que nos trae, pero la obligación es de los funcionarios”, sentenciaron las madres.