En estos momentos del país, existe libertad de expresión para ejercer el periodismo, considera Helio Flores, monero de EL UNIVERSAL. La situación es distinta a lo que se vivía en anteriores sexenios, “tal vez no ideal, pero sí diferente”.
Asegura que los medios de comunicación le están cargando la crítica al presidente Andrés Manuel López Obrador, quienes lo hacen son otros poderes que la “fomentan, estimulan y hasta patrocinan”, porque se sienten afectados en sus intereses.
En entrevista con el Gran Diario de México reflexiona que los medios han descuidado a sus lectores y audiencias, cuando son éstos quienes deberían ser el sostén del estado financiero del periodismo y no el poder.
“Hacer periodismo para enriquecernos y querer obtenerlo del gobierno... eso nos nulifica como críticos”, afirma.
Con más de 50 años de carrera periodística, dice que la libertad de expresión siempre ha estado sujeta a intentos de mordaza, “a veces de manera amable, pero muchas otras de manera violenta” y en sexenios pasados, la censura y la presión eran cosa de todos los días.
Lo más grave es la desaparición y asesinato de periodistas, como su amigo Manuel Buendía, y otros que fueron castigados por su manera de pensar.
“Se debe hacer crítica del poder, si no, eso no es periodismo, pero los poderes son varios: económico, religioso... no nada más el presidencial. Debemos hacer crítica pareja”, sostiene..
¿Cuál es el estado de la libertad de expresión en México?
—Es importantísima para quienes ejercemos el periodismo, no podemos trabajar sin que exista. En momentos como este la tenemos. Al menos no siento tener, como en otros sexenios, la espada de Damocles de la cesura pendiente sobre uno. Como caricaturista o monero, como nos dicen ahora, tengo más de 50 años y de ahí para acá, la libertad de expresión siempre ha estado sujeta a intentos de amordazarla de manera amable o violenta. Muchos periodistas han sido asesinados o desaparecidos por su manera de pensar y de ejercer la profesión, otros se han quedado sin trabajo o sufren censuras. En este sexenio no hay periodistas detenidos, no hay presiones. Los que están en contra de la libertad de expresión son quienes se sienten amenazados porque el periodista los exhiba como corruptos. Claro, las víctimas siempre resultamos ser los periodistas.
Cuéntenos una anécdota que refleje esas amenazas que se vivían antes
—Amigos que incluso fueron desaparecidos, casos como el de Manuel Buendía. En mi caso, en el sexenio de Miguel de la Madrid fui bloqueado de la prensa por instrucciones directas de la oficina de Comunicación Social de la Presidencia de la República.
En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari estaba prácticamente prohibido para los moneros pintar a personajes sin pelo. Ahora suena absurdo y ridículo, pero llegué a dibujar a personajes sin cabello y hubo casos en que veía que a mi cartón se lo habían agregado, así nada más para no ofender al poder máximo. La censura era algo de todos los días, fuerte o tibia, pero siempre había, llegó a ser normal.
¿Cómo sorteaba esa censura?
—Uno tenía que ingeniárselas, disfrazar un poco. Lo más fácil era hacer cartones de otros temas o, en lugar de criticar, elogiar: eso sí era permitido. Había que mantener la misma línea de pensamiento pero buscando recovecos o tratando de hablar en doble sentido. Era un reto ejercer la caricatura sin sufrir represalias y sin cambiar la manera de pensar.
¿Debe existir un límite en la crítica al gobierno?
—No, la crítica debe existir siempre. Es lo que hacemos todos los días los moneros: se debe hacer crítica del poder o no es periodismo. Los poderes son varios, bien importantes y algunos de ellos bastante peligrosos, que deberían ser motivo de crítica constante: el económico y el religioso. Podemos y debemos seguir haciendo crítica, pero pareja: no olvidar a muchos personajes nefastos que, aunque haya cambios, lleguen y se vayan presidentes, siguen ahí, con papeles importantes, y que no necesariamente están actuando o pensando en el bien del país sino en el suyo. La crítica es parte ineludible, indispensable de ejercer el periodismo pero no nada más al Presidente.
¿La crítica es pareja o se le carga al Presidente?
—Siento que se la están cargando más al Presidente que a otros poderes. Es más, los otros poderes algunas veces hasta fomentan, estimulan y patrocinan la crítica al Titular del Ejecutivo federal; poderes que se sienten afectados por los cambios y quisieran que la situación siguiera igual.
¿A qué poderes se refiere?
—Al empresarial, al económico y a la Iglesia. Debemos ser más parejos y poner más atención al periodismo que estamos practicando y lo que entendemos por periodismo. Si es para hacer negocios y esos negocios conseguirlos del gobierno, para enriquecernos y que esa riqueza provenga del gobierno, eso nos nulifica como críticos del gobierno.
¿Qué tipo de periodismo están haciendo los medios?
—Aunque lo económico es fundamental para la supervivencia de los medios, éstos han fijado su atención sólo en el dinero que proviene del gobierno y han descuidado a los lectores, a la audiencia que deberían ser su sostén. Cuando el sostén es el gobierno, se sienten obligados a elogiarlo y en cuanto el gobierno cambia y no da los millones que daba, entonces esos medios se sienten afectados terriblemente porque se les terminó su fuente de ingresos. Desafortunadamente siento que los medios actuales están en esa situación y tal vez de ahí provienen algunas de las críticas.
¿Este es el sentido del cartón que publicó con respecto al desplegado en defensa de la libertad de expresión?
—Sí, más o menos. La libertad de expresión es algo que todo el mundo debe ejercer y defender, pero muchísimas veces se utiliza como pretexto. El tipo de escritores o de periodistas que están acostumbrados a recibir millones del gobierno por publicidad, suscripciones y becas, cuando se les termina, esa libertad de expresión la ven afectada y la utilizan como pretexto, pero no la están defendiendo sino a sus ingresos, al periodismo como negocio.
El Presidente desde el Palacio Nacional emite insultos hacia los medios de comunicación, a los periodistas, reporteros, ¿qué opina?
—Eso también está mal, sobre todo porque viene del Presidente de la República pero, en todo caso, cuando una persona es insultada, eventualmente se siente con el derecho de contestar. Está mal esa actitud del Presidente, tal vez debería tener otra. Sobre todo, no generalizar como lo hace, decir quiénes son malos y quiénes buenos. Eso me parece mal, también me parecen mal los periodistas corruptos. ¿Hasta qué punto el cerrar esa llave del dinero es un atentado a la libertad de expresión? Muchos que firman esos documentos nunca hicieron algo igual cuando la libertad de expresión estaba amordazada en otros sexenios de Peña Nieto para atrás, porque había censura y peligro para todos los periodistas. Creo que ahora no ha desaparecido del todo, por supuesto, pero es muy diferente.
¿Se puede resolver?
—Una solución facilísima, pero falsa y equivocada, sería volver a darles dinero a los medios y a los periodistas. En ese momento todas esas críticas y luchas contra los atentados contra la libertad de expresión se terminarían.
Yo creo que también debemos fijarnos mucho y darnos cuenta que tipo de periodismo estamos practicando. La mayoría de los periodistas son jóvenes y no se dan cuenta ni pueden comparar cómo era antes.
Hay periodistas y escritores que tenían sexenios cobrando millones del gobierno y ahora dicen “atentado a nuestra libertad de expresión”, no es libertad de expresión, es libertad para hacer negocios. A veces incluso me da la impresión de que ahora muchos moneros son azuzados en sus periódicos, que les dicen: “Órale, dale duro al Presidente”, de ver tantos cartones que antes yo no veía. Con Salinas, este tipo de periodistas no hubiera aguantado una semana publicando.