En el país existe un vacío legal en cuanto a los delitos cibernéticos debido a dos razones: la primera es porque son métodos nuevos, que van cambiando su forma de llevarse a cabo y, segundo, porque primero tienen que existir cierto número de acontecimientos sociales en los que coincidan pruebas y hechos para poder litigar en materia penal.
Así lo señaló Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), quien agregó que en México las autoridades se están quedando atrás ante estos ciberdelincuentes, que cada vez encuentran maneras diferentes para delinquir.
“Lo que han hecho recientemente es suplantar identidades, van desde clonar cuentas de WhatsApp hasta la suplantación de identidad en redes sociales”.
A Karla, María, Berenice y una cantidad cada vez más grande de mujeres les ha pasado; sin embargo, no todas acuden a las autoridades para denunciar.
EL UNIVERSAL platicó con Karla, una joven de 24 años que fue víctima de este tipo de phi-shing y usurpación de identidad. Ella tuvo la oportunidad de contactar a la policía cibernética; sin embargo, la respuesta que recibió fue que debido a que su vida no corría peligro y que en realidad no se estaba difundiendo contenido de ella no podían hacer algo para dar de baja la cuenta falsa.
“Me sentí un poco decepcionada porque ni Instagram ni la policía cibernética me pudieron ayudar. Me preocupa un poco que está la cuenta activa, si alguien me pide mi cuenta para seguirme, encuentran esa y me da pena, también me preocupa que hagan mal uso de la cuenta y la gente defraudada llegue a mí, son muchas cosas”, detalló.
Al respecto, Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, señaló que en las últimas semanas sí se han percatado de este hecho, pero que debido a que muchas mujeres que lo sufren no se acercan a denunciar, no cuentan con un registro real.
Además, detalló que el hecho de que no haya denuncia formal no ayuda a que se prendan los focos rojos y que lo único que se recomienda a las mujeres que son víctimas es denunciar ante la red social para que se dé de baja la cuenta y, sobre todo, a hacer un mejor uso de estas plataformas.
“Tenemos un subreporte. En general esa práctica de fake profiles es muy común, en particular en una diversidad de delitos, sobre todo por fraude y extorsión en un sentido amplio, en este caso lo que me está usted diciendo es fraude y eventualmente se puede convertir en extorsión”, señaló.
Al respecto, Karla comentó que en cuanto se enteró que habían suplantado su identidad en Instagram de inmediato avisó a sus contactos para que no hicieran caso o fueran víctimas de delitos y extorsión, también quitó sus datos personales de la cuenta y reportó a la red social el hecho, en espera de que le ayudaran a dar de la baja cuenta.
“Algunos de mis contactos me ayudaron a difundir la información y a reportar la cuenta para que la dieran de baja.
“Yo pensé que en 24 horas la darían de baja; sin embargo, no fue así, fue cuando investigué y me comuniqué con la policía cibernética para saber qué podía hacer, pero me explicaron que como mis datos y fotos ya no estaban en peligro, no podían ayudarme”, lamentó.
Añadió que a su prima le pasó lo mismo, pero con ella la técnica de denunciar la cuenta sin dar aviso a las autoridades sí funcionó. “Es preocupante también porque he visto que le está pasando a muchas personas, en especial a mujeres. Primero fue mi prima, luego yo y he visto muchos casos en los que se comparte la misma petición para ayudar a dar de baja estas cuentas que en específico prometen vender contenido erótico”.
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