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Es la sección de flores y hortalizas en la Central de Abasto, uno de los mercados más grandes del mundo. El Día de Muertos de 2020 será diferente a otros años... la pandemia ha bajado las ventas hasta en 60%, hay contagios y difuntos entre los vendedores.
Aquí el calor no merma el movimiento característico del lugar. Los vendedores de cempasúchil, gladiola y nube siguen a la espera de clientes que atenúen la crisis económica provocada por la pandemia; sin embargo, hay poca gente: por sus pasillos sólo se ven diableros, vendedores ambulantes y más comerciantes.
Algunos lucen cansados, se han tenido que quedar a dormir en sus puestos para vender más, como la señora María de la Paz, quien estuvo toda la noche en vela para ofertar los cientos de macetas de cempasúchil que cada año trae desde Xochimilco.
La señora María no sólo se ha visto afectada por el Covid-19 en sus ventas, pues esta enfermedad también truncó a su familia, dado que su esposo falleció a causa de este padecimiento.
“Esto [la pandemia] no sólo afectó mis ventas, también a mi familia: yo perdí a mi esposo por esta enfermedad”, explica la señora María.
Una situación similar pasó Miguel Torres, vendedor de nube, terciopelo y cempasúcil, quien padeció Covid-19 y ahora lidia con la pandemia ocasionada por esta enfermedad, pues debido a ella sus ventas han caído.
“Yo padecí Covid-19, como muchos de mis compañeros. Por suerte pude recuperarme, pero ahora tengo que lidiar con esto por las ventas, ya que han caído más de 50%. La gente no tiene dinero; además, con el cierre de los panteones las ventas van a estar peor”, dice.
El señor Miguel viene de Atlixco, Puebla. Ha vendido en la Central de Abasto desde hace 24 años y en todo ese tiempo nunca había visto una situación similar en la celebración del Día de Muertos. “Desde que vendo aquí, hace más de 20 años, nunca había visto que en la fiesta de Todos Santos hayan cerrados los panteones o se haya caído la venta así”, afirma.
Él menciona que ya se pronosticaban malas ventas debido a la pandemia, además de que los productores de flores no dejaron de traer su mercancía a la Ciudad de México sin saber cómo se pondría la venta. “Ya sabíamos que iba a estar difícil por la pandemia. Las ventas ya estaban mal, luego los productores no dejaron de traer flor, pese a que los panteones iban a estar cerrados, y eso hace que se sature el mercado, pues no hay quién compre”.
Adelante, en una calle que bordea la nave principal de flores, los vendedores de gladiola buscan cubrirse del sol bajo lonas de distintos colores. Algunos duermen, otros ofertan su mercancía a los pocos clientes que pasan, a algunos se les escucha decir entre ellos: “Esto cada vez está peor, si no se compone de aquí al viernes ya valió...”.
Se acerca el Día de Muertos.