En agosto de 2020, cuando la presentaba sus más altos índices de mortalidad, y aún no había vacuna, el entonces de la Secretaría de la Defensa Nacional, José Luis Cruz, estuvo en la primera línea de combate contra el virus en el hospital que el 81 Batallón de Infantería del Ejército instaló en la Ciudad de México.

Casi cinco años después, ya como teniente coronel, Cruz recuerda cómo fue combatir al Covid-19 durante exhaustivas jornadas, cuando México era el país del mundo con más defunciones de personal de salud debido al virus, de acuerdo con Amnistía Internacional (AI).

“Fue una enfermedad muy impactante a nivel mundial, a nivel social y a nivel familiar. Por lo que respecta a ese tiempo, había incertidumbre, no se sabía cómo tratarla, no existía una vacuna y estábamos al frente de algo que no sabíamos si íbamos a salir adelante, tanto por nosotros como por los pacientes, era difícil poder pensar cómo íbamos a avanzar; sin embargo, se logró y a pesar de no tener un tratamiento específico, hubo bastantes pacientes que salieron bien, tanto intubados como no intubados.

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Las jornadas para atender a los enfermos eran interminables, en ocasiones no había ni relevos, dice. Foto: Julio Suarez / EL UNIVERSAL
Las jornadas para atender a los enfermos eran interminables, en ocasiones no había ni relevos, dice. Foto: Julio Suarez / EL UNIVERSAL

Eran jornadas interminables, recuerda el también médico familiar: “Llegó un momento en que no había un relevo, alguien que pudiera sostenerte, muchas veces eso generaba desgaste entre los compañeros del personal médico, afortunadamente después llegaron relevos, pero sí, las jornadas laborales siempre fueron cansadas, pero siempre fue para el bien de la población”, expuso el oficial que este año cumplió 22 años de carrera en la Sedena.

Cruz recordó que en sus tiempos libres dentro del hospital que se instaló como parte del Plan DN-III-E para hacerle frente al estrés que las jornadas extenuantes le dejaban, impartió clases para formar al personal de salud militar y civil que se unía al combate del virus. De esos días guarda con orgullo en su memoria la historia de un paciente en especial.

“Recuerdo mucho a un muchacho, se llama Byron, fue el primero que salió de la terapia intensiva del 81 Batallón de Infantería, fue el que inauguró la campanilla que sonaba y que decía que se había logrado salir de la enfermedad. Tenía 19 años, pesaba casi 150 kilos y ese joven me escribió una carta agradeciendo todo, y es algo que no se me olvida, eso me dio mayor motivación a seguir con este trabajo”, subrayó el médico cirujano adscrito al departamento de Medicina Intensiva del Hospital Central Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

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El equipo de la Defensa Nacional estuvo en la primera línea de combate con la llegada del Covid-19. Foto: Julio Suarez / EL UNIVERSAL
El equipo de la Defensa Nacional estuvo en la primera línea de combate con la llegada del Covid-19. Foto: Julio Suarez / EL UNIVERSAL

Cuando el 5 de mayo de 2023 la OMS declaró el fin del Covid-19 como emergencia sanitaria internacional, Cruz, quien estuvo en contacto con pacientes contagiados, pero nunca portó el virus, no pudo evitar emocionarse al ver que todo poco a poco transitaba a una nueva normalidad, pero al mismo tiempo está consciente de que el virus no deja de ser una amenaza para la salud, por ello, enfatizó la importancia que desde su óptica tienen los esquemas de vacunación.

“El que hayan dado una conclusión de la pandemia no hace que se acabe la enfermedad, actualmente hemos tenido casos de Covid con influenza, son muy pocos, evidentemente, a los pacientes les va bien en general, pero la gran mayoría, cuando ingresan por esa situación, pues no se pusieron la vacuna. Debemos cuidarnos con los sistemas de vacunación, eso va a permitir que esta enfermedad desaparezca a través del tiempo, principalmente como algo epidémico, puede volver, pero por lo menos ahora ya tenemos armas y sabemos cómo tratarla”, aseveró el teniente coronel durante la entrevista con este medio.

El primer paciente que tocó la campanilla porque venció la enfermedad fue un joven de 19 años que pesaba 150 kilos. Foto: Julio Suarez / EL UNIVERSAL
El primer paciente que tocó la campanilla porque venció la enfermedad fue un joven de 19 años que pesaba 150 kilos. Foto: Julio Suarez / EL UNIVERSAL
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