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En piso enjabonado por el Bonillazo que pretende ampliar el mandato de gobernador en Baja California, y bajo la sospecha de que el sueño de Andrés Manuel López Obrador es la reelección presidencial, en la sesión del Senado empieza a transitar la revocación de mandato, un tema maldito que dejó de serlo en un mes.
Ricardo Monreal y su brazo derecho, Eduardo Ramírez Aguilar, trabajaron para lograr el apoyo del Bloque de Contención, el cual exigió correcciones a la iniciativa presidencial que aprobó la Cámara de Diputados, y que estaba destinada a morir en el Senado, por ese pacto de sobrevivencia de la oposición senatorial.
Como Ave Fénix, de las cenizas levanta el vuelo la revocación de mandato, maldecida por el Bloque de Contención en el Senado, y ahora en el pleno del Senado, Monreal Ávila celebra a risas, al modo de los “clasicos” de la política, como se considera, con el senador Manuel Velasco Coello y con el dirigente del PVEM, Arturo Escobar y Vega, de visita en el pleno.
Monreal, cuyo escaño es el centro de gravedad en el salón de sesiones, o donde ande y se siente a negociar algo, va y habla, con la priista Beatriz Paredes, y con sus compañeros de bancada. Será el primero en alzar subre su cabeza el cartel de éxito en la votación de revocación de mandato.
Acción Nacional, que sumó propuestas propias a la reforma de revocación de mandato resucitada, reniega su paternidad en dichos cambios a la minuta de los diputados y su coordinador, Mauricio Kuri González, posiciona en contra, porque, dice, no le tienen confianza al jefe de la cuarta transformación.
Así, el PAN de Marko Cortés forma racha de posturas en contra de todo, como hizo Morena en su breve historial en el Congreso de la Unión, como oposición.
La tarde es de tribuna libre. Suben a fijar postura 20 senadoras y senadores, a favor y en contra, y unos por alusiones personales, y se alargan cuatro horas en la discusión del dictamen que lleva un poderoso consenso (98 de 121 votos, en lo general). El debate se vuelve torneo de repudios de Morena y el PAN.
Desgastan los morenistas la defensa en tribuna con la repetida exclamación del lema de plaza pública de que “El pueblo quita, y el pueblo pone”, de Andrés Manuel López Obrador, la cual Rubén Rocha Moya exalta como apotegma.
Contra esa estrategia, el cartoncillo de que “Morena quiere reelección”, adorna los escaños del PAN, junto con una gran calavera de azúcar, obsequio para todos en el salón de sesiones, del senador mexiquense Ricardo Moya Bastida (Morena), y del alcalde de Toluca, Juan Rodolfo Sánhez Gómez.
De distintos modos, advierten en el Presidente de la República de un síndrome de reelección: Gustavo Madero, como histrión, por ejemplo: Julen Rementería del Puerto, analítico; Guadalupe Murguía, lógica y profética.
Antes de la quinta hora de debate, Martí Batres Guadarrama sostiene: “Nunca permitiríamos la reelección presidencial”, y señala que Santa Anna, fue once veces Presidente, y Porfirio Díaz, más de 30 años. Félix Salgado Macedonio, el vigésimo orador, afirma: “Andrés no se va a reelegir, por supuesto que no”.
La presidenta del Senado, Mónica Fernández Balboa informa que hay en lista diez oradores a favor, y a falta del contrapunto con voces del PAN se agota el debate.
Al inicio, Manuel Velasco ha reconocido la búsqueda del consenso, por parte de Ricardo Monreal. Asegura que hay valor en el Presidente de la República, y que el voto dejará de ser cheque en blanco al gobernante.
Dante Delgado (MC) recuerda que el tema viene desde la Legislatura 52 (1982-1985), y señala que en la minuta de los diputados “advertimos enormes manipulaciones”, y tres manchas.
Los tocayos, Miguel Ángel Osorio Chong (PRI) y Mancera Espinosa (PRD) explican en qué hicieron uso de la fuerza del voto de sus grupos, que le corrigen las reformas a la súper poderosa mayoría.
El líder de Morena, Ricardo Monreal Ávila ve la cuestión por el lado amable: “Hicimos el papel de revisar actos de la cámara de origen, lo cual, en otras Legislaturas era prácticamente imposible”.
El hecho es que el Bloque de Contención puso condiciones irreductibles.