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La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) advirtió que los casos de violencia obstétrica en México son cada vez más denunciados por la inadecuada atención médica que reciben las mujeres en instituciones de salud pública y privada.
De acuerdo con la base de datos pública de la CNDH, en lo que va del sexenio se han emitido 22 recomendaciones por violencia obstétrica cometida en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En el documento, la CNDH señaló que existe una relación asimétrica de poder entre los profesionales de la salud y las mujeres embarazadas, pues los primeros son quienes deciden finalmente sobre los procedimientos a realizar en el cuerpo de las mujeres, subordinando las necesidades de ellas, con lo que obstaculizan el ejercicio de sus derechos.
“En México, cada vez son más los sucesos sobre violencia obstétrica que se denuncian derivado de la inadecuada atención médica que se proporciona en las instancias de salud pública y privada a las mujeres en edad reproductiva, en particular durante el embarazo, parto y puerperio, aun cuando existe un marco jurídico que garantiza servicios de salud adecuados para las mujeres.
“La violencia obstétrica, como expresión de la violencia de género, es una manifestación de las relaciones asimétricas de poder que existen entre los profesionales de la salud y las mujeres embarazadas, en labor de parto o puerperio, las cuales revelan desigualdad, porque el personal de salud, avalado por las instituciones públicas y privadas, es el que finalmente decide sobre los procedimientos a realizar en el cuerpo de las mujeres, subordinando las necesidades de las mismas, con lo que obstaculizan el ejercicio de sus derechos humanos”, señaló la CNDH.
Añadió que la violencia obstétrica ha sido naturalizada e invisibilizada, por lo que las mujeres que la viven llegan a creer que es normal o natural.
De las 22 recomendaciones emitidas por la comisión por violencia obstétrica desde 2019 a lo que va de 2022, 15 fueron dirigidas al IMSS, cinco al ISSSTE y una a la Sedena.
Este problema fue advertido desde 2017 a través de la recomendación general 31: sobre la violencia obstétrica en el sistema nacional de salud, en la que la CNDH observó que la falta de recursos y personal en diversas instituciones de salud puede provocar la comisión de estos hechos.
En el documento, se establece que las conductas en las que puede incurrir el personal médico, y que son constitutivas de violencia obstétrica, pueden ser agresiones verbales, degradación, crueldad y maltrato.
Así como subestimar las manifestaciones de dolor hechas por las pacientes, realización de maniobras rutinarias sin analizar cada caso en particular, falta de supervisión, mala infraestructura y equipamiento del hospital y el abuso de medicalización.
Brindar información incompleta a la paciente, realizar prácticas sin consultarle previamente o sin decirle los riesgos que pueden tener para su salud, no respetar la forma en que la gestante decide dar a luz, prácticas discriminatorias por su origen o condición social, esterilización forzada, cesáreas innecesarias, entre otras.
Recomendación
Ayer, la CNDH dirigió la Recomendación 13/2022 al director general del IMSS, Zoé Alejandro Robledo, por la inadecuada atención médica proporcionada a una persona tzotzil, quien se presentó el 14 de noviembre de 2020 con 40 semanas de gestación en el Hospital Rural de Bochil, Chiapas; aunque requería de manera urgente una cesárea, ésta le fue practicada tres horas después y posteriormente se le informó que su bebé había nacido muerta.
La CNDH advirtió que personal médico del IMSS no prescribió el traslado de la madre de manera inmediata a otra unidad médica para la adecuada resolución del embarazo de alto riesgo y omitió considerar factores de peligro tales como obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión inducida por el embarazo y falta de control prenatal, entre otros elementos. El hospital no contaba con médico especialista en ginecología y obstetricia, indispensable para atender a la recién nacida, carencia que influyó en la atención médica.