Como la primera titular de la Secretaría de las Mujeres creada bajo la administración de Claudia Sheinbaum, , no la tiene nada fácil dado que México mantiene cifras alarmantes como 12 feminicidios cometidos diariamente y las violencias contra las mujeres no cesan.

La Secretaría de las Mujeres fue creada expresamente por la Presidenta para atender y reivindicar a más de la mitad de la población mexicana. Pero pese a esta importancia, es una de las tres dependencias con menor presupuesto para este 2025.

Apenas 2 mil 93 millones de pesos para prevenir, atender y erradicar la violencia feminicida, física, sicológica y de género que enfrentan un importante porcentaje de las mujeres mexicanas.

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Desde este contexto aún adverso para las mujeres, Hernández Mora dice a EL UNIVERSAL que enfrenta muchos retos, pero uno de los principales es que las niñas y las jóvenes mexicanas tengan una mayor paz y libertad.

“El mayor reto es que en seis años, en materia de acceso a los derechos de acceso a la igualdad de prevención y combate a las violencias, las niñas y las jóvenes que crecen durante estos años tengan muchísimo más perspectiva de futuro de paz, de libertad que la que tuvimos quizás nosotras nuestras madres y nuestras abuelas. Estoy convencida que lo vamos a lograr por supuesto con sus dificultades”, agrega.

Dice que esa institución cuenta con un área de planeación y de estadística que servirá para diagnosticar cómo está en este momento la situación de las mujeres en el país.

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“Estamos terminando un diagnóstico por cada entidad de la República y queremos presentarlo a los gobernadores y gobernadoras para que tengamos una especie de radiografía de cómo está hoy la situación de las mujeres y a finalizar el sexenio poder rendir buenas cuentas”, externa.

Considera que uno de los factores que permiten que ocurran las violencias contra las mujeres, es la impunidad y una mala procuración de justicia.

“En los tres meses que llevamos al frente de la secretaría, hemos atendido cerca de 500 casos y la mayoría están ligados a una mala procuración de justicia o a una mala actuación de un ministerio público, de una fiscalía, de un juez, de una jueza. Entonces tenemos que trabajar muy cerca del Poder Judicial porque tiene la máxima deuda con las mujeres. Si hay impunidad, existe la posibilidad de que se dupliquen o se multipliquen las violencias porque seguramente muchos hombres pensarán que no pasa nada si violentas a una mujer”, acota.

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De 34 años de edad, señala que para las mujeres de la Presidenta, es muy importante trabajar fuerte durante este sexenio y abonar a un cambio cultural. “Es muy doloroso ver las estadísticas: 70% de las violencias más duras que vivimos son cometidas por una persona cercana. La violencia física se da con quien en teoría construiste un vínculo, con tu novio, con tu esposo o con tu pareja. Entonces, es urgente un cambio cultural que nos permita construir una nueva convivencia entre hombres y mujeres.

“Yo pienso que esa es la mejor política preventiva y en eso vamos a incidir muchísimo en estos seis años, a convocar a una gran alianza con todos los actores públicos y privados para que todo el tiempo, hombres y mujeres estemos ubicando lo que vemos como normal, pero que en realidad es parte del gran ciclo de violencia, donde se mira menos o se discrimina o excluye. Se requiere cambiar esta concepción con la que vamos creciendo, donde los hombres empiezan a pensar que son superiores y las mujeres valen menos”. señala.

Comenta que una de las razones de la secretaría que encabeza es que haya más justicia para las mujeres y que este sector de la población se atreva cada vez más a denunciar, a alzar la voz.

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Sin embargo, asegura que en muchas ocasiones las mujeres denuncian violencia antes de llegar a un feminicidio. “Y es ahí en la mala procuración de justicia donde se pudo haber evitado un feminicidio. Y es esta falta de perspectiva de género de los jueces o este desinterés, lo que no abona a prevenir los feminicidios”.

A lo largo de su trayectoria política, la secretaria de Estado más joven del gabinete de la Presidenta ha tenido varios desencuentros, lo mismo que con empresarios, como Ricardo Salinas Pliego, o con figuras políticas, entre los que destacan los panistas Santiago Creel y Gustavo Madero. Pero Hernández Mora se considera a sí misma una mujer tranquila y sencilla: “Cuando me han dicho que he cambiado es porque me tardo en contestar mensajes, pero en realidad es porque todo el mundo tiene mi número. El poder es como una herramienta para servir y no para colocarse por encima de los demás. Sí creo que mucha gente cambia pero pienso que en la 4T la mayoría aterriza los pies sobre la tierra”.

Egresada de la Facultad de Ciencias Políticas, donde estudió Comunicación, Hernández Mora cuenta que también fue diputada de la Asamblea Legislativa a la edad de 24 años, donde comenzó a conocer las entrañas de la política del país.

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“Cuando me convertí en diputada y vi lo complejo que son las entrañas de la política, la toma de decisiones y que en ocasiones no es suficiente la voluntad para cambiar cosas, me alejé más de esa idea de querer ser Presidenta. En realidad, me considero una militante de causas y la verdad es que mi sueño es seguir siendo militante hasta el final de mi vida”, señala.

Y expresa que fue a los 14 años cuando se apoderó de ella la inquietud de dedicarse a la política justo al lado de su padre. “Para mí es muy simbólico en mi vida el día que acompañé a mi padre a un encuentro en el Zócalo, el día que iban a desaforar a Andrés Manuel López Obrador en la Cámara de Diputados. Yo tenía cierto nivel de conciencia y me emocionó desde el viaje en el Metro lleno de gente que iba al mismo encuentro en el Zócalo, abarrotado de hombres, mujeres todas las edades, de todas las clases sociales, indignados por lo mismo: les iban a quitar a su jefe de Gobierno”.

La titular de la Secretaría de las Mujeres es la segunda hija de los cuatro que tuvieron sus padres, un ingeniero y una química farmacobióloga, quienes, asegura, desde siempre han sido ciudadanos muy bien informados. “Ellos son muy participativos, simpatizaban con Cuauhtémoc Cárdenas, después con López Obrador, entonces como que siempre tuve un interés en lo público, en lo social. Lo que yo tenía claro desde chiquita, era que quería ayudar a que las cosas cambiaran. Conforme fui avanzando, fui definiendo que la mejor herramienta para hacerlo era el periodismo, aunque siempre fui militante de distintas causas. “Pienso que en ocasiones, la vida es una combinación entre las decisiones que vas tomando y los caminos que se van abriendo resultado de muchísimas cosas, de lo que hacemos, de la manera en la que nos comportamos, pero también de una serie de oportunidades que hay alrededor”, agrega.

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A 10 años de haber iniciado su carrera política, la exsecretaria general de Morena expresa que se siente privilegiada de todas las responsabilidades que ha tenido, a las que, asegura, nunca ha tomado a la ligera.

“Me reconozco como una mujer joven, sé que eso es un reto en la administración pública, en el actuar político, y lo que nos toca es ir abriendo camino para que más jóvenes, para que más mujeres, para que más personas del pueblo en general estemos formando parte de la toma de decisiones. Entonces, siempre aspiré a hacer algo por transformar al país, pero por supuesto nunca sabes exactamente cómo se materializará eso”, añade.

Entre el ajetreo que implica su responsabilidad de estar al frente de la primera Secretaría de las Mujeres, la política se da tiempo para reunirse con su familia, con la que disfruta del mole verde que prepara su mamá. Pero también se da sus escapadas con sus amigos y amigas.

“Yo llevo ya varios años mezclando entre asumir la responsabilidad de los encargos que me ha tocado y algunos pequeños espacios libres para seguir con la vida cotidiana. Pienso que las personas jóvenes o no jóvenes cuando están en esos encargos tratan de tener una vida privada y un poco de entretenimiento.

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“Llevo varios años en esta mezcla de darme los poquitos tiempos que tengo libres para convivir con mis amigos, con mi familia también. Llevo los últimos 10 años de mi vida así y además priorizando, porque pienso que la mayoría en la Cuarta Transformación así lo asumimos, que no es un momento de administrar solamente, estamos en un momento de profunda transformación y eso a veces implica doble o triple esfuerzo”, comenta.

Cuando tiene tiempo libre, ¿se va de antro?

Ya tiene un rato que no. Afortunadamente en mi etapa de más joven creo que disfruté mi juventud y ahora en realidad pienso que en ocasiones es tan poco el tiempo libre del que dispones, que lo disfrutas un poco más calmada, con la familia, con los amigos, platicando y conviviendo.

Esos pocos ratos libres que le permite su encargo, la funcionaria también los dedica a la lectura, a nadar y a los rompecabezas.

“Leo novelas, algunas investigaciones o libros que estén vinculados a investigaciones periodísticas, un poco de historia y ahora trato de leer un más de feminismo, de reivindicación de las mujeres en distintos ámbitos. Y armo rompecabezas desde chiquita. Me gusta mucho y me distrae, es como un espacio propio de calma y de pensar”, dice.

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