Empresarios, académicos y senadores destacaron la importancia de diseñar y aprobar la llamada Ley de chips en México que incluya incentivos para el diseño y producción de los mismos con una estrategia de seguridad nacional y soberanía industrial, de cara a la revisión del T-MEC, así como incluir en éste el capítulo de semiconductores.
En el marco de la reunión de Trabajo de la Comisión de Seguimiento a la Implementación y Revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) del Senado, se expuso la necesidad de fortalecer la presencia de México en el mercado mundial de los semiconductores como un jugador esencial, por lo que se requiere un piso parejo respecto al trato que se da a esa industria en India, China y Taiwán, entre otras naciones.
Gabriel Padilla, director general de la Industria Nacional de Autopartes, dijo que de cara a la revisión del T-MEC en 2026 buscan que incluya el diseño de reglas de origen específicas para los chips, que atiendan a la realidad de la región y doten de un periodo de transición suficiente de uno a cinco años para que los inversionistas puedan instalar, operar y cumplir con las reglas. Asimismo, generar un mecanismo trilateral de cooperación industrial en semiconductores que incluya el financiamiento compartido con la atracción de inversión, así como dirigirlo de manera estratégica a los sectores de la electrónica y el automotriz.
Sumado a la urgencia de contar con la Ley de chips, dijo que se requiere formación técnica y académica porque cada año egresan en el país 130 mil ingenieros y técnicos, pero menos de 2% se especializa en microelectrónica. Recordó que en la pandemia se registró una crisis global de semiconductores y en México hubo paros técnicos en 90% de las plantas automotrices, lo que afectó la producción, el empleo y las exportaciones, y de ahí la importancia de contar con procesos de diseño, ensamble y empaque de semiconductores.
Eugenio Marín, director de la Fundación México-Estados Unidos de la Ciencia, expuso que es necesario dimensionar la importancia de contar en el país con una Ley de chips como las que existen en otras naciones.
“La Ley de chips de Estados Unidos se ha estado desplegando ya, con algunos tropezones, pero de una forma sistemática, más de 50 mil millones de dólares de apoyo a su industria de desarrollo; China lo está haciendo a tres veces de ese nivel, más de 150 mil millones de dólares. India, Reino Unido tienen Ley de chips”, aseguró.
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Indicó que, independientemente de que en México no hay una Ley de chips, “tenemos empresarios con mucha garra, mucha capacidad de desarrollo, y un talento tremendo en las universidades y en los centros de formación; tenemos una mano de obra y una mente de obra con mucha capacidad de desarrollar operaciones”.
Diego Flores Jiménez, representante de la industria electrónica y digital de la Secretaría de Economía, consideró como fundamental vislumbrar los instrumentos legislativos que puedan potenciar a la naciente industria de semiconductores y que vayan de la mano con el capítulo que se ha propuesto ya en la revisión del T-MEC.
Indicó que entre los esfuerzos que realiza la Secretaría de Economía para que México sea un jugador importante se encuentra la búsqueda de la transferencia de conocimiento al desarrollo de habilidades y cómo conectar al flujo de talento que desde la Secretaría de Educación Pública se enfoca en electromovilidad, inteligencia artificial, ciberseguridad y semiconductores.
Carlos Andrés Rebellón Villán, vicepresidente de Semiconductores de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), destacó que México es un jugador relevante en la electrónica y en el sector automotriz a nivel global, “lo cual ya da una ventaja”, pues los semiconductores están ligados a esas industrias.
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