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El cempasúchil chino no es de China ni tampoco es transgénico. Es cultivado por mexicanos en la zona chinampera de Xochimilco. Y debido a una fake news en 2022, la venta afectó la economía de los campesinos.
“La semilla no se hace aquí, viene de Holanda, pero no de China. Le llamaban cempasúchil chino porque decían que era una imitación de la flor, que estaba modificada genéticamente, pero no, la verdad es que sí lleva un proceso la planta para que salga chaparrita, pero no es que sea transgénica. Aquí nosotros la sembramos, la regamos y la cuidamos para ustedes”, explica Orlando Telésforo, productor de cempasúchil desde su invernadero.
Este 2023, en el Ejido de San Gregorio Atlapulco, en la alcaldía Xochimilco, muy cerca del embarcadero Puente de Urrutia, unas cinco mil familias de floricultores del suelo de conservación esperan la venta total de esta emblemática flor que ya se observa desde el cielo, con tapetes color naranja que dan luz al Día de Muertos.
En el laboratorio molecular de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural se realizó un análisis de ADN y prueba de PCR que confirma que las semillas que adquieren los productores no son transgénicas, sino una variedad híbrida que es el resultado de mejorar dos especies nativas.
“Otro rumor era que traían la planta de China acá, ya así de esta manera, pero eso es imposible porque el trayecto es muy largo y la planta se puede perder, entonces lo que sí importan es la semilla híbrida que siembran aquí los productores”, explica Clara Soto Cortés, encargada del laboratorio de investigación.
Los cambios para la planta de maceta se realizaron porque las necesidades del floricultor son diferentes, debido a lo que el consumidor busca para adornar su ofrenda este Día de Muertos.
Los productores de cempasúchil no sólo enfrentan a las fake news que se difunden en redes sociales, allí en sus tierras los cambios climáticos o adversidades con la tierra, como las plagas, son otra preocupación, por lo que han comenzado a usar otra técnica aparte de la milenaria a cielo abierto; han invertido en túneles de tipo invernadero que protegen a la planta de las plagas y de las fuertes lluvias.
Aproximadamente este cultivo tarda cinco meses. Desde junio se inicia ensemillar en las charolas y cuando germina, en el mes de julio, se trasplanta a las macetas y posteriormente cada mes se realizan cortes de algunas flores para que crezcan más y llegue a un tamaño ideal para la venta.
En la familia Telésforo, ya son tres generaciones que han aprendido a sembrar esta flor en la temporada del Día de Muertos. Orlando ya está enseñándole a sus hijos para que sigan con la tradición.
“Mi abuelo era una persona que yo quería muchísimo, de hecho, todo el tiempo estábamos aquí. Mi hermano y yo tenemos una carrera, somos licenciados, pero el estar en el campo no se compara por lo que representa sentimentalmente, el tener esta planta es recordar, recordar las enseñanzas de mi abuelo que él fue el que empezó”, rememora con nostalgia.
En esta temporada no difundas noticias falsas, mejor comparte la leyenda de la flor que este pueblo cuenta sobre los dos enamorados que iban a casarse, pero tras un evento trágico el dios Sol convirtió a la mujer en una flor y a él en un colibrí.