A pesar de ser uno de los puertos turísticos más visitados del país, Acapulco, Guerrero, carece de un atlas de riesgos que alerte a la población sobre posibles daños que pueden provocar fenómenos naturales, como el huracán Otis.
De acuerdo con la Cobertura de atlas municipales de riesgos, publicado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), Acapulco sólo tiene actualizado su mapa de riesgos hasta 2021.
En ese informe, en el mapa de probabilidad anual de ciclones tropicales se afirma que la posibilidad de que ocurra “una depresión tropical es de 38%; también se puede observar que la probabilidad de que se presente un huracán de los tipos 4 y 5 es nula”.
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Incluso, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de Guerrero carece de un mapa estatal de riesgos para ciclones. En contraste, sólo se pueden encontrar mapas de riesgo sobre pendientes, precipitación media anual, de riesgo de incendios forestales, de sismos menores a 5 grados, de sismos iguales o mayores a 5 grados, hipsométrico de elevaciones, de temperatura media anual y de refugios temporales en 2023.
Expertos consultados explicaron que esta ausencia de prevención se debe a la falta de recursos, además de la ausencia de un plan de respuesta ante la presencia de un fenómeno como Otis.
José Luis Luege, exsecretario de Medio Ambiente y extitular de la Conagua, señaló que los mapas de riesgo son fundamentales.
“Los mapas de riesgo en las costas, tanto del Pacífico como del golfo, tienen que prever el tema de ciclones. En el Pacífico entran ciclones en el mismo número que por el Atlántico; lo que sucedió en el caso de Otis de categoría 5, en el Pacífico no habíamos tenido, eso es verdad, pero Paulina en 1997 fue huracán categoría 4 y ahí debieron de haberse ajustado los atlas de riesgo. Entonces, ¿qué tan importantes son? Son fundamentales”, dijo.
El exfuncionario federal recordó que “el Cenapred y el Sistema Nacional de Protección Civil son una coordinación entre la Federación, estados y municipios; entonces, desde el municipio, que es donde tienes la proximidad, es fundamental e indispensable la actualización de los mapas de riesgo”.
Marco Jorge Alberto Rodríguez Martínez, experto en protección civil y en desastres naturales, explicó que “en el pasado no se había registrado un evento con estas características, el huracán Otis es algo inédito para lo que no estaban preparados.
“También es una cuestión de dinero. Los equipos para hacer el monitoreo deben ser especializados; puede ser que no haya e incluso se deben hacer estudios con la finalidad de invertir en desarrollo tecnológico”, reiteró Rodríguez.
Destacó que debe existir un programa interno de protección civil. “Una de las medidas que debe tener es la atención de emergencia como un huracán. Dicho programa interno debe contemplar brigadistas capacitados con constancia en el lugar del desastre natural, ¿dónde están todos esos brigadistas?”, cuestionó el especialista.
Agregó que se debe preparar a los cuadros que se dedican a estos temas y que los expertos deben tener acceso a becas, trabajo y salario. “Para los profesionistas con alta investigación no hay suficientes plazas a nivel público y privado para que puedan desempeñar mejor sus funciones”, recalcó el experto.
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Luege Tamargo enfatizó que es grave que no estén actualizados los mapas de riesgo, por lo que a nivel federal se debe considerar si fue correcta la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) porque se desarticuló el Sistema Nacional de Protección Civil.
“La decisión de quitar el fideicomiso desarticuló todo un mecanismo de atención inmediata y eso es muy grave porque el Fonden es un recurso, pero que se opera de acuerdo a un mecanismo y reglas; entonces, mi primer llamado es restituir el Fonden; lo segundo es reforzar todo el aspecto del Cenapred y del Sistema Nacional de Protección Civil en los tres órdenes de gobierno”, dijo.
La Ley General de Protección Civil en su artículo 7 señala que en materia de protección civil corresponde al Ejecutivo federal asegurar el correcto funcionamiento del Sistema Nacional y dictar los lineamientos generales para coordinar las labores de protección civil en beneficio de la población, sus bienes y entorno. Asimismo, promover la incorporación de la Gestión Integral de Riesgos en el desarrollo local y regional, estableciendo estrategias y políticas basadas en el análisis, con el fin de evitar el surgimiento de riesgos futuros, y la realización de acciones de intervención para reducir los existentes.