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Tras el asesinato de dos funcionarios cercanos a la jefa de Gobierno capitalina, Clara Brugada Molina, el pasado martes 20 de mayo, la Iglesia en la Ciudad de México hizo un llamado a la paz y a evitar el diálogo con el crimen organizado porque, dijo, hay sangre de por medio.
"Nosotros mediamos. Ustedes saben muy bien la distinción del diálogo y la mediación. Y el lenguaje hace mucho. Pero con asesinos no se puede dialogar", dijo en conferencia de prensa Monseñor Francisco Javier Acero, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.
Mencionó que los obispos no dudarían en ponerse de rodillas para que las asociaciones delictuosas dejen de cometer asesinatos, pero resaltó que la oleada de violencia debe detenerse con urgencia.
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"Basta ya. Dejen de matar, dejen a la población en paz. Nosotros vamos a mediar por el pueblo de Dios, pero no vamos a ceder con el plomo en la mano. Queremos eco de paz y de amor, no ecos de plomo", aseveró el Monseñor.
La Arquidiócesis Primada de México en su cuenta oficial de X reiteró que desde la fe siguen caminando por la paz, en el nombre de Cristo "que dio su vida para que vivamos".
El día de ayer, cuando se confirmó la noticia del doble asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, secretaria particular y asesor de la administración de Clara Brugada, respectivamente, la Iglesia emitió un pronunciamiento condenando los hechos y pidiendo respeto a la dignidad humana.
Retomó las palabras el Sumo Pontífice, Papa León XIV, quien ha insistido "la necesidad de llevar la paz de Cristo, una paz verdadera, desarmada y desarmante, que brota no del poder, ni de la imposición, sino de la justicia, la misericordia y la verdad".
Signado por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, la Arquidiócesis rogó por las víctimas del atentado y externó sus condolencias a seres queridos en los tiempos de duelo.
em/bmc