Las denuncias por delitos sexuales en el país han aumentado en los últimos años. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el primer semestre de 2019 se han abierto 25 mil 277 carpetas de investigación relacionadas con estos crímenes, es decir, una cifra 17% mayor a la registrada en el mismo periodo de 2018 a nivel nacional.

Los ilícitos que más se reportaron en el arranque de este año fueron el abuso sexual, con 11 mil 691 casos; la violación simple, con 6 mil 594; otros delitos no especificados, con 2 mil 382; el acoso sexual, con mil 978; la violación equiparada, con mil 870; el hostigamiento sexual, con 745, y el incesto, con 17.

El abuso y la violación simple se han mantenido, desde 2015, como los delitos sexuales más denunciados; sin embargo, especialistas consultados señalaron que las cifras oficiales pueden quedarse cortas al dimensionar el problema, puesto que crímenes como el acoso difícilmente son presentados ante las autoridades.

Ejemplos emblemáticos del crecimiento de las carpetas de investigación son la Ciudad de México y el Estado de México: en el primer semestre de 2018 esas dos entidades registraron mil 971 indagatorias por delitos sexuales, mientras que durante el arranque de 2019 se abrieron 3 mil 233 expedientes en la capital del país y 2 mil 909 en territorio mexiquense.

Otros estados que durante este año han acumulado más investigaciones policiales son Jalisco, con mil 788 casos; Chihuahua, con mil 488; Nuevo León, con mil 434; Baja California, con mil 352, y Puebla, con mil 94.

Los que tienen menos expedientes son Tlaxcala, con 21; Nayarit, con 126; Yucatán, con 146; Campeche, con 188; Colima, con 210; Baja California, con 310, y Sinaloa, con 312.

La información del SESNSP muestra que el incremento de las carpetas de investigación por delitos sexuales no es reciente, ya que desde 2015 se ha observado esta tendencia si se comparan los primeros semestres de cada año.

Durante la primera mitad de 2015 se abrieron 15 mil 697 indagatorias; en 2016 fueron 17 mil 576; en 2017, un total de 18 mil 598, mientras que en 2018 se iniciaron 21 mil 78.

Organizaciones de la sociedad civil también se han dedicado a investigar este tema desde distintos enfoques y coinciden en los factores que permiten estos crímenes: los roles de género en los que las mujeres son vistas como un objeto sexual, la falta de denuncias, la impunidad en la resolución de los casos, así como la poca sensibilización de la gente y los funcionarios públicos que realizan las investigaciones.

Delito de género e infantil

Expertos entrevistados por EL UNIVERSAL aseguraron que las mujeres, niñas, niños y la comunidad LGBTTTI son los sectores de la población más vulnerables a sufrir ataques sexuales.

Ana María Suárez, directora general de Políticas Públicas, Capacitación e Investigación de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), indicó que los delitos sexuales son de alto impacto por las consecuencias físicas y sicológicas que dejan a las personas afectadas, sus familias e incluso las comunidades donde viven.

Agregó que, de acuerdo con datos obtenidos por la CEAV a través de los estados, nueve de cada 10 víctimas de violencia sexual son mujeres y 40% son menores de 15 años.

Asimismo, nueve de cada 10 agresiones fueron cometidas por hombres y 70% de los casos sucedió en el hogar de la víctima.

“Después de que se comete el delito las niñas, siendo menores de edad, no denuncian porque no tienen los medios ni los apoyos familiares o institucionales para hacerlo. Cuando acuden a las autoridades para abrir una carpeta de investigación, sólo 10 agresores por cada mil denuncias son consignados”, expresó Suárez.

Estimó que al año se cometen 600 mil delitos sexuales, por lo que consideró fundamental que los estados fortalezcan sus códigos penales y los homologuen para que el acceso a la justicia sea sencillo para las víctimas.

Alicia Elena Pérez Duarte y Noroña, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que aunque las mujeres son propensas a sufrir un delito sexual, la comunidad LGBTTTI y los menores de edad varones también pueden ser blanco de ataques.

“Las violaciones a los hombres homosexuales, travestis, transgénero y transexuales existen básicamente en los espacios de reclusión. Estos delitos dan pie a los crímenes de odio”, dijo.

Mencionó que aunque el gobierno ha implementado políticas públicas para erradicar la violencia sexual, no ha hecho nada para prevenir estos delitos a partir de trabajar con hombres.

Urgió a que el tema sea atendido lo más pronto posible, puesto que los delitos sexuales están muy cerca de los feminicidios, aseguró.

“Hay un hilo conductor muy claro en estas violencias contra una mujer. Los primeros actos de violencia como el acoso, por ejemplo, pueden ser considerados leves, pero pueden llegar hasta el feminicidio si no se para a tiempo al agresor. Incluso el delito de feminicidio toma en cuenta las agresiones sexuales previas contra la víctima”, afirmó.

Julia Escalante de Haro, coordinadora regional del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres, añadió que los ilícitos sexuales “persisten por esta construcción social que aprendemos (...) sobre supremacía masculina, sexualidad exacerbada en los hombres y pasiva en las mujeres, una serie de estereotipos que se dan en torno al rol que ‘tenemos’ hombres y mujeres en la sociedad, y en los que se piensa en nosotras sólo como objeto de placer”.

A dicho problema, consideró que hay que sumar la impunidad en la resolución de los casos, lo cual provoca que los agresores no tengan miedo de cometer un crimen.

“Si hay impunidad para un robo de celular, los agresores se sienten protegidos al bajarle los calzones a una mujer en la calle, se sienten protegidos de abusar de sus hijas en su casa porque no va a pasar nada”.

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