Las detenciones de niñas, niños y adolescentes mexicanos que intentaron ingresar solos a suelo estadounidense se dispararon 144% en 2024 con respecto a 2019, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señala que la violencia, la pobreza y el acceso limitado a servicios sociales y a una educación de calidad afectan la vida de niñas, niños y adolescentes de Latinoamérica, en particular de México.
“Los niños y niñas migrantes corren el riesgo de sufrir hambre y frío en su trayecto, de padecer enfermedades, sin tener acceso a servicios de salud, de ser explotados por el crimen organizado y de ser detenidos, además de otros tipos de violencia y discriminación por parte de la población de los lugares que atraviesan. Todas estas situaciones tienen graves consecuencias para su salud mental y su bienestar”, destaca.
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Las estadísticas de CBP reflejan que a partir de 2019 se da el aumento de niñas, niños y adolescentes del país que se aventuran a ingresar a la Unión Americana.
Ese año se contabilizaron 13 mil 439 detenciones; en 2020 creció a 16 mil 292; en 2021 fueron 25 mil 697; en 2022, 27 mil 994; en 2023 se registraron 28 mil 328, y durante 2024, 32 mil 843.
En su primer mandato como presidente de Estados Unidos, Donald Trump fue duramente criticado tanto al interior como en el exterior del país por tener a niños migrantes acompañados o no dentro de jaulas.
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Y es que el mandatario ha declarado una y otra vez que la “migración es un asunto de seguridad nacional”.
“Se van a usar medidas igual de crueles para la población migrante irregular, porque para este gobierno no hay cabida para los derechos humanos, no forman parte de su agenda, no les importan. Entonces, desde esa perspectiva, si las jaulas funcionaron para disminuir que menos personas cruzaran ilegalmente la frontera norte, lo van a hacer”, dijo Cristina Hernández Engrandes, académica del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Comentó a EL UNIVERSAL que el gobierno federal debe estar consciente de la existencia de los menores de edad mexicanos que tratan de internarse en la Unión Americana, ya sea por la reunificación familiar o porque huyen de la violencia y de la falta de oportunidades.
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“Nos falta dimensionar como sociedad, e incluso dentro de la academia, cuáles son estas implicaciones de la crisis principalmente de violencia, que tiene que ver con una expansión del crimen organizado que se refleja en homicidios, extorsiones, desapariciones, feminicidios y violencia sexual. Vemos que hay procesos cada vez más amplios de reclutamiento forzado de niños, para la comisión de actividades ilícitas y también el incremento de trata de personas, particularmente con fines de explotación sexual”, mencionó Hernández Engrandes.
La académica refirió que si bien la administración que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sabe que la obligación del gobierno es proteger a esta población, hace falta que lo asuma como una prioridad.
“México ha ratificado todos los instrumentos internacionales habidos y por haber en defensa de la niñez y las adolescencias, porque son el futuro. Pero creo que ese discurso se abandonó al igual que a la infancia”, aseguró.
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Para muestra, resaltó que en México la proporción de niños y niñas pobres es sustantivamente mayor a la población de adultos en esta situación.
“Existe un millón de niños y niñas que no hacen ninguna comida al día. Y en ese sentido, México no ha puesto el interés superior de la niñez en ninguna de sus políticas, incluyendo la migratoria”, dijo.
Juan Martín Pérez, coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, sostuvo que existe una crisis en la niñez que la empuja en ocasiones a aventurarse y dejar el país en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos.
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“Existe una sobreniñez y no se reconocen los detonantes que llevan a niños y niñas y adolescentes a decidir emprender una aventura tan dura como es migrar hacia el vecino país del norte”, indicó.
Precisó que aunque por parte del gobierno de México existe un claro conocimiento sobre estas niñas y niños que solos buscan ingresar ilegalmente a suelo estadounidense, se carece de acciones articuladas para evitar que las personas menores de edad decidan correr ese riesgo.
“Niñas y niños no tratan de cruzar la frontera norte por deporte extremo. Sé de algunas acciones que hacen algunos estados, como Michoacán y Zacatecas, que tienen una larga tradición de adolescentes migrantes, que lo han hecho por décadas.
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“Actualmente, estamos en un escenario totalmente distinto, ahora toda la ruta migratoria está bajo control criminal. No conozco acciones específicas, la gran mayoría caen en las cosas ya probadas como absurdas, de hablarles de los peligros de la migración y cosas por el estilo, pero no de atender las causas, y esencialmente se trata de darles alternativa de un proyecto de futuro”, argumentó el coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia.
Remarcó que las condiciones de vida de niñas y niños no van a cambiar con discursos y con declaraciones, sino con alternativas reales de educación, seguridad y salud, que le es negada a la niñez y adolescencia más vulnerable.