Arlín Medrano, mexicana detenida en Israel y repatriada a México cuando llevaba ayuda humanitaria a Gaza, expresó que se rompió el mito de que no se puede hacer nada.
Después de que la mañana de este miércoles llegó a nuestro país con las otras cinco personas mexicanas detenidas por Israel, Medrano contó a EL UNIVERSAL que en el centro de detención no tuvo acceso a su medicamento contra la disautonomía.
Compartió que a su llegada a México tiene “sentimientos cruzados”: “Por un lado hay mucho agradecimiento y esperanza de que realmente se pueden cambiar las cosas, que se rompió el mito de que no se puede hacer nada. Pero por otro lado, mucha impotencia de que el pueblo palestino sigue viviendo esta misma realidad. Decirles que no están solos”.
“Es importante que reconozcamos el privilegio que tenemos de llegar a casa, mientras el pueblo palestino sigue viviendo la misma realidad de todos los días”, dijo.
“Y también reconocer que lo que está pasando en el sur global es una constante y es un sistema opresor que se ejecuta también para nuestros hermanos migrantes”, agregó.
A las juventudes mexicanas que salieron a manifestarse en distintas ciudades contra el genocidio y por su liberación y regreso seguro, Arlín Medrano les agradeció y señaló que son las voces de las y los jóvenes las que importan para escribir un futuro más digno, “y sobre todo un presente donde exista paz.”
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Reiteró su llamado a que termine el genocidio, pero que también terminen las guerras y las opresiones que se viven en todo el mundo.
"Pongan los ojos en Gaza", dijo la también joven periodista.
kicp