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México tendría que analizar caso por caso aplicar una amnistía, porque hacerlo general sería un mecanismo de impunidad. “Un caso por caso es también controversial”, aseguró Víctor Quinteros, ex director General de Búsqueda de Personas Desaparecidas de Perú.
Para él la justicia transicional es un proceso que se activa al término de un periodo de violencia, pero en México sigue viva, por lo que su proceso será diferente a lo que se ha visto en otros países.
En entrevista con EL UNIVERSAL durante su visita a este país, el especialista en justicia transicional dijo que es factible la creación de una comisión de la verdad en México para indagar las violaciones de derechos humanos que se han cometido a nivel nacional, pero alertó que será un proceso complicado en el que se debe proteger principalmente a los familiares de las víctimas y a los testigos, porque de no hacerlo será difícil que se atrevan a contar los detalles de los hechos.
“La comisión de la verdad estaría operando en un esquema en el que el crimen está vigente; de repente el rol será la recopilación, hasta donde sea posible, de información y el análisis de causas”, afirmó.
Quinteros renunció al cargo de director de desaparecidos el 26 de diciembre de 2017, dos días después de que Pedro Pablo Kuczynski le concedió el indulto humanitario al ex presidente Alberto Fujimori.
¿Cómo era la situación en Perú antes de que iniciara el proceso de justicia transicional?
—En Perú la situación de conflicto terminó en 2000, cuando inició un proceso de justicia transicional, de recuperación del sistema democrático, y también de recuperar la institucionalidad, porque el término del conflicto coincide con la caída del régimen del presidente [Alberto] Fujimori, precisamente por múltiples actos de corrupción.
Es en ese proceso cuando se crea la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, ¿para qué?, para darle voz a todo aquello que estaba guardado en el secreto forzado, porque la ley de impunidad y las leyes de amnistía bloquearon toda posibilidad de investigar los crímenes y violaciones de derechos humanos que ocurrieron durante el periodo [de la administración del presidente Fujimori].
¿Cómo se podría definir la justicia transicional?
—La justicia transicional es un proceso que se activa al término de un periodo de violencia. Dicha herramienta tiene básicamente cuatro elementos: verdad, justicia, reparación y, finalmente, medidas de no repetición o reformas institucionales. Son cuatro elementos de justicia transicional, entendiéndola como un periodo que se inicia luego de una etapa en la que hubo graves violaciones o crímenes contra los derechos humanos.
¿Cuáles eran las leyes de amnistía que había en Perú?
—Alberto Fujimori, en 1995, aprobó las leyes de amnistía, una relacionada a la otra. La primera era dándole el perdón a todos los que estuvieran comprometidos en actos de violaciones a los derechos humanos o crímenes cometidos en el contexto de la violencia, y la segunda era que no se podría cuestionar la primera ley.
En México tendrían que analizar caso por caso, una amnistía general es un mecanismo de impunidad.
Un caso por caso, aunque también es controversial, ¿en qué favorece a la verdad y a la justicia? Esa es la pregunta.
¿Cuáles serían las similitudes entre el conflicto que había en Perú y la situación actual en México?
—Lo que puede haber en común es que hay una situación de violencia que impacta negativamente al país y a sus ciudadanos, genera terror, ahuyenta la inversión, genera atraso y subdesarrollo.
En Perú hay una situación distinta a la de Argentina, a la de Chile, a la de Guatemala.
¿Cuáles serían las principales diferencias entre México y Perú?
—quí [en México] se trata de una lucha contra el crimen organizado cuyos fines son estrictamente lucrativos, búsqueda de riqueza ilegal. Importa el dinero y las lealtades que este genera. El asunto en Perú era distinto, el Estado enfrentó a grupos terroristas que quisieron tomar el poder. Quizá los actuales remanentes de uno de estos grupos, Sendero Luminoso, podrían tener alguna similitud en tanto operan en alianza con el narcotráfico.
En todo caso, el periodo de violencia en el Perú concluyó, pero en México se mantiene vigente. Imagínate lo que esto último implica. Concluido el periodo de violencia constituye un desafío ganar la confianza de la gente para que brinde sus testimonios; no cabe duda que en plena violencia la misma tarea resultará aún más compleja.
Hay que fortalecer oficinas como Protección de Víctimas y Testigos; esa unidad tiene que redoblar sus presupuestos o sus formas de trabajar, porque es distinto: el temor está vigente, el terror se mantiene. Probablemente no sea una comisión de la verdad como la conocemos, pero la intención va a ser la misma.
¿Cuáles serían los principales retos para México?
—La violencia está viva. No se puede hablar de una justicia transicional que tenga como supuesto el término de una etapa, sino que estamos en un periodo vigente de violencia.
Lo que sí es factible, pensando en una etapa de transición posterior, es buscar la manera pronta de que no se pierda la información y quede algún registro [de los actos violentos].
¿Considera que crear una comisión de la verdad ayudaría a solucionar la situación de violencia que se padece en México?
—Yo pienso que un grupo de trabajo dedicado a recuperar y consolidar todas las fuentes de información que dan cuenta de lo que ocurre y lo que ha ocurrido desde hace años atrás es un insumo valioso para una comisión de la verdad, que puede instaurarse cuando este gobierno y este país logre solucionar los problemas de criminalidad que hay actualmente [en todo el territorio nacional].
¿Un sexenio será tiempo suficiente para lograrlo?
—Las comisiones de la verdad, tras un periodo culminado de violencia, son de nueve meses a dos años. Aquí [en México] la comisión de la verdad estaría operando en un esquema en el que el crimen está vigente; de repente el rol será la recopilación, hasta donde sea posible, de información y el análisis de causas, según lo que puedan obtener [las autoridades de México].
¿Cómo yo voy a dar una respuesta en reparaciones o en lucha contra la violencia si no sé cuál es la dimensión de lo que ha ocurrido [en México]?
[La creación de] la comisión [de la verdad] le daría coherencia al relato, porque el interés es del Presidente de la República [de México], no sólo de los gobernados.