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El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que la Conquista de México fue un rotundo fracaso y planteó un compromiso de no repetición para que nunca más haya una invasión, ocupación o conquista, aunque se hagan en nombre de la fe, la paz, la democracia, la libertad o los derechos humanos.
“Como se le quiera llamar, permite sostener que la Conquista fue un rotundo fracaso, de qué civilización se puede hablar si se pierde la vida de millones de seres humanos y la nación, el imperio, monarquía dominante, no logra en tres siglos de colonización ni siquiera recuperar la población que existía antes de la ocupación militar”, externó.
Al conmemorar la caída de la Gran Tenochtitlán, en un evento denominado 500 años de Resistencia Indígena 1521 México-Tenochtitlán, el Titular del Ejecutivo federal mencionó que esta fecha debe ser una reivindicación de la resistencia y lucha de los pueblos indígenas.
“El 13 de agosto es una fecha funeral. Como diría el maestro Carlos Pellicer, recordamos la caída de la gran Tenochtitlán y ofrecemos perdón a las víctimas de la catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica y del resto del territorio de la actual República”.
En ese sentido, el Presidente aseguró que la lección de la llamada Conquista es que nada justifica imponer por la fuerza, a otras naciones o culturas un modelo político, económico, social o religioso, pero en aras del bien de los conquistados o con la excusa de la civilización.
La ceremonia se llevó a cabo en la Plaza de la Constitución, junto a una maqueta gigante del Templo Mayor construida para esta conmemoración, misma que fue cerrada al público en general, por medio de un dispositivo de seguridad que incluyó vallas metálicas en las calles aledañas al primer cuadro de la Ciudad.
Ante su esposa, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, invitados de pueblos indígenas de Estados Unidos, Canadá y México, integrantes del gabinete federal, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y personal diplomático, el mandatario López Obrador señaló que las conquistas, las invasiones y las guerras siempre serán un riesgo para la humanidad.
“Suele pasar que la ambición y la tristeza viajan, viven y duermen juntas. Políticos, monarcas y hombres no deben omitir estas lecciones que surgen de amargas realidades y se convierten en enseñanzas mayores”, agregó.
En ese sentido, destacó que no debemos aceptar que el poder militar y la fuerza bruta triunfen sobre la justicia.
“Debemos, en cambio, procurar que desaparezca de la faz de la tierra la ambición, la esclavitud, la opresión, el racismo, el clasismo y la discriminación, y que sólo reinen la justicia, la igualdad, la paz y la fraternidad universal”, comentó López Obrador.
En su alocución, el Mandatario federal dijo que no debe verse a Hernán Cortés como un demonio, pues, indicó, era simplemente un hombre de poder, un militar con valor, con aplomo.
“Un militar desalmado, un político audaz y ambicioso de fortuna que hábilmente aprovechó las divisiones y las debilidades de los mexicas, para imponerse con discursos, argucias, terror y violencia hasta conseguir apoderarse del anhelado tesoro: el oro y plata de Tenochtitlán”.
Sin mencionar su nombre, el presidente López Obrador criticó a quien dijo ser un escritor “promonárquico”, Marcelo Gullo, quien señaló: “España no conquistó América; España liberó a América. Pedir perdón por liberar a los mexicanos de los aztecas es como pedir perdón por haber derrotado a los nazis”.
El presidente López Obrador señaló que la idea dominante de que Moctezuma era un tirano puede ser cierta, pero que los hechos narrados en las crónicas reflejan que sus opositores se sumaron a Hernán Cortés y a sus huestes, por sentirse libres y no por vivir como esclavos.
“Es demostrable también que los pueblos sometidos al dominio mexica tenían que pagar tributo o impuestos al poder central, pero la versión de que se los comían es más bien una típica inventiva de cualquier colonizador, una vulgaridad, por lo general, nunca comprobada”.