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Tras dos años como jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo Garza, uno de los hombres más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, dejó el cargo.
Así lo informó el Mandatario federal, quien dijo que Romo Garza aceptó sólo por ese periodo ser funcionario público, “por tratarse de nosotros.
“Alfonso Romo dejará la coordinación de la Oficina de la Presidencia, pero seguirá siendo mi principal enlace con el sector privado. Lo cierto es que fue funcionario público sólo por tratarse de nosotros. Convenimos que estaría dos años y se cumplió el plazo”, informó el Presidente.
Andrés Manuel López Obrador expresó —por medio de su cuenta de Twitter— que Romo desde su trinchera lo seguirá ayudando, porque es un “hombre independiente, honesto, comprometido con las causas justas y además es mi amigo”.
“Poncho está más en mi visión de que lo importante no es el cargo, sino el encargo. Él me ha ayudado y me seguirá ayudando. Es un hombre independiente, honesto, comprometido con las causas justas y además es mi amigo”, agregó.
El Mandatario federal aseguró que nunca olvidará que Alfonso Romo fue el primero de los empresarios en adherirse a su movimiento.
El exjefe de la Oficina de la Presidencia no estuvo el 30 de noviembre pasado en la presentación del segundo paquete de proyectos de inversión entre el gobierno y la iniciativa privada, con lo que se busca reactivar la economía. Son 29 planes de infraestructura por un monto de 228 millones de pesos.
Desde enero pasado, Romo Garza también se desempeñaba como coordinador del gabinete para el fomento a las inversiones y el crecimiento económico, luego de la contracción económica de 2019.
El pasado 19 de noviembre durante su participación en la Convención del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, Alfonso Romo expresó: “Quiero invitar al país y al gobierno al que yo pertenezco a tener una cultura de tener prisa, y que no podemos manejar un país que está decreciendo a 9%, como si estuviera creciendo a 9%”.
En otros foros señaló que en el gobierno federal no se tenían reglas claras en el sector energético. También existían posiciones encontradas respecto al uso del glifosato.
Al interior del gabinete presidencial eran notorias las diferencias con “los duros” de la Cuarta Transformación, “quienes no lo aceptaban”, indicaron a EL UNIVERSAL funcionarios del primer círculo.
En agosto pasado, ante el entonces secretario del Medio Ambiente, Víctor Manuel Toledo —en un audio de una reunión de trabajo que se conoció por las redes sociales— señaló que Alfonso Romo quería aprobar la importación del plaguicida en el país, contrario al señalamiento del Titular del Ejecutivo.
Expresó: “Romo ha adquirido poder dentro del gobierno de la Cuarta Transformación y bloquea todo lo que es de línea ambiental, ya sea en lo energético o en agroecología”.
El exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, en su carta de renuncia del 9 de julio de 2019, acusó que entre las razones de su salida le “resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”.
Luego, en entrevista con el semanario Proceso, Urzúa Macías señalaría a Alfonso Romo como el funcionario que estaba en conflicto de interés.
En 2008, en el debate sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, Alfonso Romo estuvo del lado de quienes exigían continuar las obras.
Pero con la consulta ciudadana aplicada por el entonces presidente electo determinó que la obra debía cancelarse y construir una nueva terminal aérea en Santa Lucía, aunque se conoció que hasta el último momento insistió en que no debía cancelarse el NAIM.