Tras la renovación de la presidencia del Instituto Nacional Electoral (INE) y tres consejerías en abril pasado, el Consejo General del INE ha tenido una serie de desencuentros públicos que han trabado nombramientos e incluso han retrasado la aprobación de acuerdos clave.
Aumentan desencuentros
La primera diferencia que se llevó a una sesión del Consejo General fue para intentar nombrar al titular de la Secretaría Ejecutiva del INE, que además de ser el brazo derecho de la presidencia, es el representante legal del instituto y funge tareas primordiales para su funcionamiento.
Luego de que Edmundo Jacobo renunció al cargo que ocupó durante casi 14 años, con la salida de Lorenzo Córdova de la presidencia, se nombró como encargado de despacho a Miguel Ángel Patiño, quien labora en el instituto desde 2001.
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En el primer intento por nombrar a un titular se pusieron dos nombres sobre la mesa: Flavio Cienfuegos, quien coordina la oficina de la presidenta Taddei; por otro lado, la exconsejera Adriana Favela, quien concluyó su periodo en abril pasado.
En medio de la sesión, la exconsejera Favela envió un mensaje anunciando su declinación del cargo, por lo que Cienfuegos quedó como la única propuesta.
Y así una mayoría de seis rechazó el nombramiento, la cual está conformada por Claudia Zavala, Carla Humphrey, Martín Faz, Dania Ravel, Jaime Rivera y Arturo Castillo.
Asimismo, cinco consejerías votaron a favor: Guadalupe Taddei, Norma de la Cruz, Uuc-Kib Espadas, Rita Bell López y Jorge Montaño.
A siete meses de asumir la presidencia, Guadalupe Taddei no ha podido lograr consenso con una mayoría de al menos ocho consejerías para nombrar al titular de la Secretaría Ejecutiva, que se mantiene funcionando con María Elena Cornejo como encargada de despacho.
Otro de los desencuentros en el pleno del Consejo General ocurrió durante la discusión de la integración de comisiones, al no existir acuerdo para la conformación de Quejas y Denuncias, Fiscalización y Vinculación con Organismos Públicos Locales, todas piezas clave de cara al proceso electoral de 2024.
El bloque de seis consejerías presentó una propuesta de integración de las comisiones, con las tres en disputa en blanco, a fin de definir quiénes las conformarían durante la discusión. Sin embargo, al no llegar a un acuerdo, y entre señalamientos que llegaron a subir el tono de voz entre las consejerías, se mandó a un receso que se reanudó al siguiente día.
Ambos bloques tuvieron que ceder posiciones para su integración, a fin de sacar adelante el acuerdo: Claudia Zavala quedó en la presidencia de Quejas y Denuncias, mientras que Jorge Montaño ocupó la de Fiscalización.
El más reciente choque entre consejerías ocurrió la semana pasada, en la discusión de los criterios para garantizar la paridad en candidaturas de las gubernaturas del proceso electoral de 2024, donde tras una confusión se rechazó con mayoría de seis votos.
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A pesar de que 10 consejerías se posicionaron a favor de que los partidos políticos postulen a cinco mujeres, la diferencia se generó en torno a la integración de un engrose para reforzar la fundamentación del acuerdo, que tenía el respaldo de seis consejerías.
La discusión subió de tono al grado de que la consejera Dania Ravel acusó de una “chicanada” la votación, porque no permitieron votar el engrose al rechazarse el proyecto en lo general. Días después se convocó a una nueva sesión para aprobar el acuerdo que salió por mayoría de 10 votos.
Diferencias pueden afectar si favorecen a un partido
El analista político José Antonio Crespo expuso que si bien son normales los desacuerdos y la diversidad de opiniones en un órgano colegiado, no debe afectar siempre que no se usen para beneficiar a un partido político.
Dijo que puede haber consejerías con inclinación hacia ciertos partidos, algo que no es novedoso.
“Siempre ha habido consejeros que están propuestos por uno o por otro partido, en algunos casos el PRI, PAN y el PRD; y muchas veces estos consejeros, no siempre, toman las decisiones en favor del partido que los propuso. Por eso muchos hablamos de la necesidad de despartidizar al INE”, indicó.
“Los consejeros que están más inclinados con Morena no son mayoría, pero en algunos casos pueden contar con el voto de otros consejeros si es que los convencen de que sus posturas son las adecuadas”, dijo.
El analista consideró que la división por sí misma no tiene por qué entorpecer las elecciones, a menos que hubiera una mayoría en favor de Morena y que se tomen decisiones que les beneficien directamente.
“Se podrían generar problemas de legitimidad, de litigios, obviamente los partidos irían al Tribunal para reclamar que esas decisiones están sesgadas. Pero hoy por hoy, Morena no tiene mayoría”, sostuvo.
Al respecto, Alberto Aziz Nassif, investigador en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), subrayó que estos desacuerdos públicos pueden debilitar la imagen del instituto ante la ciudadanía y los partidos políticos.
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Expuso que la falta de consensos para crear una mayoría de ocho consejeros para nombramientos de titulares ha generado desacuerdos entre las consejerías.
“Hay una historia desde que llegaron los nuevos consejeros, tres y la presidenta, ha habido como una serie de dificultades internas para poder consensuar los nombramientos, eso ha sido más o menos claro con el nombramiento del secretario ejecutivo”, apuntó.
“Parece que sí hay una conformación de dos grupos que están disputándose las comisiones, las presidencias de las comisiones, que tienen que ver con puntos muy importantes del proceso electoral, como la Comisión de Quejas, Fiscalización, etcétera”, explicó.