Más Información
“No le importó que yo sea su hermana”; víctima narra presunto intento de violación por Cuauhtémoc Blanco
Designan por unanimidad a Edgar Antonio Maldonado como nuevo fiscal de Morelos; estará en el cargo por 9 años
Zar fronterizo de EU no descarta uso del ejército contra cárteles mexicanos; Trump "tiene la capacidad de borrarlos de la faz de la Tierra"
Valentina, víctima de Marianne Gonzaga, se encuentra en estado delicado, asegura abogado; familia pide que caso no quede impune
“Trump es un AMLO a la octava potencia”: Chavo del Toro; Sheinbaum sabrá cómo domarlo, dice el cartonista
Remueven a Uriel Carmona como fiscal de Morelos; es acusado de obstrucción de justicia, encubrimiento por favorecimiento y tortura
justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Al cuestionarse cuál fue la herencia que dejó el movimiento estudiantil de 1968, el Centro Católico Multimedial (CCM) consideró que si bien provocó un quiebre generacional que motivó la transformación del régimen hacia una sociedad más participativa, en la actualidad existe un México con una alternancia política que puede revivir la tentación del poder absoluto escondido entre promesas de transformación.
“Hoy podemos vivir en un país donde se privilegia el debate y el intercambio de ideas; la alternancia política es realidad contra ese monolítico y pétreo régimen que ahora puede ser revivido por la tentación de poder absoluto, amparado en el discurso del populismo con epítomes de transformación y esperanza”, señaló.
El artículo publicado por el centro mencionó que los mexicanos luchan por defender sus derechos a partir de la organización, pero aún hay riesgos de radicalizar su lucha.
“Se tiende a descartar bajo la excusa de que supuestos dogmas son inadmisibles ante la pluralidad, la vida es relativa y la dignidad humana es puesta en la balanza del utilitarismo. Nuestro tiempo no es un oasis de justicia cuando se privilegia el clasismo político que acentúa las brechas y la impunidad es factor de corrupción”, indicó.
Con el título 1968, quiebre generacional, el CCM recordó que en ese año la sociedad civil tuvo un protagonismo para cambiar su situación ante un sistema político monolítico, que usó la represión como solución, pero justo ese abuso de poder hizo crecer la indignación de la gente, “que ya no quiso sostenerse en el falso espejismo de estabilización y artificial democracia que solapaba al autoritarismo”.
Agregó que lo ocurrido hace cinco décadas fue el resultado de una acción colectiva como motor de cambio, y a 50 años del 2 de octubre todavía se exige justicia: “A medio siglo, aquéllos reprimidos ahora son llevados como próceres”.