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El sonido de las palas, picos y rastrillos que golpean con piedras, basura y cascajo a los alrededores del kilómetro 13.5 de la carretera Picacho-Ajusco, es el que ha acompañado a María del Carmen Volante y su familia durante poco más de seis años.
Han sido 64 meses en los que la búsqueda de Guadalupe Pamela Gallardo Volante, que desapareció el 5 de noviembre de 2017, no ha parado.
La joven asistió a un festival de música electrónica acompañada de algunos amigos y su entonces novio quien fue la última persona que la vio en la fila para subir a camiones con los que el evento ofrecía tours, luego de una discusión.
Desde entonces, la vida de Carmen se ha centrado en encontrar a la menor de sus tres hijos.
“[Llevamos] 500 búsquedas con nuestros recursos, con Grupo de Acción que es quien lleva el caso, con la sociedad y madres que vienen a apoyarme para hacer la búsqueda. Con autoridades en cinco años ocho meses, qué te gusta, ¿20, 30?”, dijo en noviembre de 2023, cuando la joven cumplió seis años de desaparecida.
“Siguen desapareciendo nuestras hijas y no son encontradas […] Le tiran a que nosotras, las mamás, nos cansemos, nos enfermemos para no hacer más activismo de paz”.
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Carmen continúa con su búsqueda este 2024 en un terreno en el Ajusco a donde, aunque quiso, ya no pudo asistir a las últimas jornadas que se realizaron por problemas de salud. Sin embargo, al lugar llegó Rosalinda Sandoval, que busca a su hijo Leonardo, quien desapareció a los 20 años, el 15 de mayo de 2022, en San Miguel Ajusco.
Ella no conoce a Carmen, la ha visto un par de veces en algunas búsquedas, pero fue a ayudar porque, dice, sabe el dolor que se siente no tener apoyo, además de la “necesidad y hambre” de encontrar a un ser querido.
“Las veces que sea necesario que tenga que apoyar en cualquier búsqueda, ahí voy a estar. Si no encontramos a Pamela, podríamos encontrar a otra persona”.
Rosalinda perdió su trabajo como empleada de intendencia después de la desaparición de Leonardo. El tiempo que necesita destinar para trámites en la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, la Comisión de Búsqueda de Personas y las búsquedas en campo fue la causa de que la corrieran por los constantes permisos que solicitaba.
Sin embargo, su lucha, su cusa la ha empoderado. El coraje para continuar, dice, lo saca del deseo de encontrarle “porque esto no se puede quedar impune” y porque quiere darle cristiana sepultura si es que ya no está.
“Este círculo de que nos ignoran a mí me ha hecho empoderarme para ir aprendiendo más. Yo no sé de leyes porque no estudié, pero tampoco soy ignorante, ya no lo soy. No sé por qué nos ignoran, no hacen su chamba o no la quieren hacer. [Las autoridades] no quieren apoyar.
A nosotras las mujeres nos ven como débiles, a veces nos hablan fuerte. A lo mejor yo ya no pido de favor, exijo, pero si algo hemos aprendido en esto es a levantar nuestra voz”.
La mujer busca a uno de sus seis hijos, el menor. Leonardo, con quien jugaba futbol y ganó siete campeonatos en una liga, su portero favorito y su brazo derecho, cuenta.
“Se que voy a encontrar a mi hijo porque una madre nunca se equivoca. Tengo la plena seguridad de que mi hijo no se fue por su voluntad, nadie se pierde por su voluntad; a mi hijo se lo llevaron y ese es el coraje, la rabia, el empoderamiento que me da, que no se vale”.
Rosalinda marchará este 8M en Puebla, en el contingente del colectivo “Con amor y esperanza de Puebla”.
“Voy a marchar por los desaparecidos y alzar la voz. Alcemos la voz ante todo, ante violaciones, injusticias, no nos quedemos calladas. Hay que alzar la voz para que esto se pueda visualizar bien; hay que marchar, no dejar de marchar”.
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Como Carmen y Rosalinda, Diana Luz y Ari también son madres, pero su lucha es diferente. Ellas dos tienen un mismo objetivo: defender los derechos de sus hijas, garantizarles una mejor calidad de vida, logrando que sus padres cumplan con sus responsabilidades.
Diana Luz Vázquez es promotora de la Ley Sabina, que lleva ese nombre por su hija Sabina, un conjunto de 40 reformas que buscan transformar ordenamientos de códigos civiles y penales de los estados en cuanto a la pensión alimenticia.
“Llegué al activismo en un acto de rabia, de enojo. No conozco a una activista que no haya llegado a través de su propia experiencia o del dolor; es producto de la rabia, nuestro derecho también a exigir justicia”.
Pese a lo peligroso, que asegura, es ser activista en el país, busca que las mujeres puedan maternar con dignidad y libertad, por eso fundó el Frente Nacional de Mujeres contra Deudores Alimentarios al que pertenece Ari, joven de 32 años, para quien maternar de forma autónoma no ha sido sencillo.
“Todos mis horarios, mi tiempo, mi dinero está enfocado en mi hija. La maternidad es estar es un estado de alerta permanente. Maternar así es muy desgastante, hacemos de lado nuestra vida personal, nuestro desarrollo personal”, expone.
Dos años después de interponer una demanda en contra de su expareja, llegó la sentencia. Ahora, su hija de 11 años recibe una pensión, sin embargo, continúa en la lucha para que la empresa en la que trabaja el padre de la menor deposite el porcentaje que corresponde y no menos.
Ari creó una página llamada “Amiga, pide la pensión” en la que comparte memes sobre los deudores alimentarios que comenzaron a hacerse virales: “Los creaba para expresar algo y poco a poco me fui llenando de seguidores. Para mí eso muestra que muchas mujeres lo estamos padeciendo”.
Con el Frente Nacional de Mujeres contra Deudores Alimentarios, Diana Luz y Ari cuelgan tendederos, en los que exhiben las fotografías de los deudores, además de “patrullas” donde asisten a lugares que frecuentan los padres para pegar su fotografía y presionarlos.
Su causa las empodera y es uno de los motivos por el que este 8M salen a las calles a levantar un año más la voz.
“Es increíble lo enriquecedor que es conocer a otras mujeres que luchan. Es empoderador, juntarte con mujeres, es lo que te empodera”, asegura Ari.
“Perdí el miedo y la vergüenza de ser juzgada. La vergüenza ha cambiado de bando. Ahora este señor es el más conocido en Oaxaca y es muy puntual en sus pagos”, dice orgullosa Diana Luz.
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