En 13 estados de la Unión Americana existen 17 organizaciones de odio antiinmigrante que se han convertido en focos rojos por las afirmaciones que hacen, como la “invasión” migratoria y que la frontera entre Estados Unidos y México fue “inundada” por solicitantes de asilo.
La Fundación Estadounidense para el Control de la Inmigración/Estadounidenses por el Control de la Inmigración, Estadounidenses por la Inmigración Legal, Californianos por la Estabilización de la Población, la Sociedad Dustin Inman y ProEnglish, son algunos de estos grupos que identifica The Southern Poverty Law Center (SPLC), una organización no gubernamental de Estados Unidos que trabaja para defender los derechos civiles y la igualdad racial.
De acuerdo con la organización, los grupos de odio antiinmigrantes “son los más extremos de los cientos de grupos nativistas y justicieros que han proliferado desde fines de la década de 1990, cuando la xenofobia antiinmigrante comenzó a aumentar a niveles no vistos en Estados Unidos desde la década de 1920”.
Lee también Crecen las protestas… y la persecución en EU; reportan hasta 800 detenidos
Para Cristina Hernández Engrandes, académica del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la Universidad Nacional Autónoma de México, existe el riesgo de que esas organizaciones comiencen a enfocar aún más sus baterías contra los trabajadores indocumentados en Estados Unidos, que se estiman en 11 millones, de los cuales 6 millones son mexicanos.
“Es muy probable que veamos un incremento de delitos de odio, asociados con la xenofobia y el racismo. Es importante hablar de estas posibilidades que complejizan todo y que vuelven todo aún más duro y complicado”, menciona.
El SPLC destaca que “la retórica de ‘invasión’ migratoria alimenta teorías conspirativas más amplias, similares a las del ‘gran reemplazo’, que sugieren que la mayoría de los inmigrantes no blancos están inundando Estados Unidos y representan una amenaza para la cultura dominante y la población blanca”.
Lee también “Turba no gobernará”, advierte la Casa Blanca; siguen redadas
Hernández Engrandes comenta que “actualmente estamos en un escenario en el que las agresiones contra trabajadores indocumentados empiezan a suceder, con violencias de todo tipo: física, sexual, verbal, etcétera”.
Resalta que el presidente Donald Trump está atacando con todas las fuerzas que tiene a su alcance, desde las militares hasta los medios de comunicación, para continuar con la cacería o persecución de la población indocumentada.
Residente por más de cuatro décadas en la Unión Americana, Ben Monterroso, integrante de la mesa directiva de Fuerza Migrante, una organización con sede en Estados Unidos que protege los derechos de los connacionales, señala que una de las principales funciones de estos grupos de odio antiinmigrantes es envenenar a la sociedad estadounidense “a través de una narrativa cargada de veneno.
Lee también En 4 meses van 168 mil familias detenidas en EU
“A estos grupos se les olvida e ignoran las contribuciones que hacemos como trabajadores migrantes, que si bien es cierto que muchos migrantes carecen de documentos, eso no les impide trabajar, pagar impuestos y tratar de proteger a nuestras familias de la mejor manera posible. Entonces, lo que tratan de hacer es criminalizar a la comunidad migrante. Lo que estos grupos hacen es mal informar a la gente, incrustan el mensaje en medios de comunicación de que somos criminales. Ellos se encargan de ampliar eso para que la gente tenga ese miedo y ese temor a la comunidad migrante”, refiere.
El excomisionado del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillen López, dice por su parte que en el primer gobierno de Trump la xenofobia y el racismo tomaron nuevos bríos y ahora en este segundo periodo las posiciones y discursos racistas se convirtieron en algo “normal”.
“Estos grupos antiinmigrantes viven ahora un segundo aire y son parte de la campaña contra migrantes, y justifican medidas de fuerza para su expulsión, aunque directamente no tienen ninguna atribución.
Lee también “Duele la persecución contra los migrantes”
“En la frontera estos grupos organizados han intentado detener a las personas en contexto de movilidad, pero no tienen ninguna atribución. En otras palabras, estos grupos han proliferado, se han extendido, pero afortunadamente todavía no de manera dominante. Ahí están en el ambiente y son de los duros aliados de Trump”, comenta.
El exfuncionario federal resalta que los grupos de odio antiinmigrantes tienen cierto autoritarismo fundamental, un estímulo, una legitimidad que les da el propio racismo y el ejercicio del poder en Estados Unidos.
“Esperaría a que estas organizaciones ya no se extiendan mucho más, pero, por lo pronto, tienen un espacio no de censura, como es lo debido, sino un espacio de tolerancia, incluso de estímulo, lo cual retrata la gravedad de los excesos de estos grupos”, expresa.
La activista Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante, expone que en la primera gestión de Trump los crímenes de odio crecieron 20% y en 5% los grupos que cometen esos actos contra inmigrantes latinos, principalmente.
“El lenguaje de un presidente sí importa, porque tiene un eco en mucha gente, porque sí conecta con las sicofobias de algunas personas, y eso hace que actúen en consecuencia con este tipo de cosas. Creo que después de lo que vimos esta semana aumentaron el odio y la xenofobia de algunas personas contra los latinos”, sostiene.