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Washington/Caracas.— Estados Unidos revocará las visas de 77 venezolanos allegados al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en el marco de los esfuerzos de Washing- ton para sacar del poder al mandatario, quien ayer ordenó la expulsión del embajador de Alemania.
“El Departamento de Estado anuncia que Estados Unidos va a revocar 77 visas, incluidas las de muchos funcionarios del régimen de Maduro y sus familias. Continuaremos haciendo rendir cuentas al régimen de Maduro hasta que la libertad se restablezca en Venezuela”, dijo Mike Pence, vicepresidente de EU.
Esto eleva a más de 250 la cantidad de venezolanos a quienes desde 2017 se les aplica la prohibición de visas a Estados Unidos, lo que implica que sus titulares pueden ser deportados si están en territorio estadounidense, dijo a la AFP una fuente del Departamento de Estado.
El viernes ya se habían dejado sin efecto los visados de 49 venezolanos cercanos a Maduro. Y a principios de febrero dijo que estaba revocando las visas de un número no especificado de miembros de la Asamblea Constituyente, elegida a instancias de Maduro en una votación boicoteada por la oposición. “Nicolás Maduro es un dictador sin derecho legítimo al poder, y debe irse”, insistió Pence, al hablar ante la organización Latino Coalition, que reúne a empresarios hispanos en Estados Unidos.
Antes, el asesor de la Casa Blanca para seguridad nacional, John Bolton, anunció que “Washington castigará a las organizaciones extranjeras que ayuden a financiar a Maduro. Estados Unidos pone en aviso a las instituciones financieras extranjeras que enfrentarán sanciones por participar en la facilitación de transacciones ilegítimas que beneficien a Nicolás Maduro y su red corrupta. No permitiremos que Maduro robe la riqueza del pueblo venezolano”.
El gobierno estadounidense reconoce como presidente legítimo de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó y quiere que Maduro abandone el poder, alegando que su reelección en mayo de 2018 fue fraudulenta.
Desde 2015, Washington ha sancionado a decenas de funcionarios y exfuncionarios venezolanos, entre ellos al propio Maduro, acusándolos de violaciones a los derechos humanos, corrupción y narcotráfico. Además, aplicó un embargo al petróleo de Venezuela, crucial para su economía, que empezará a regir el 28 de abril, pero no todos están de acuerdo en que las sanciones sean una buena idea. Es el caso de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien advirtió que las sanciones “exacerban” la crisis que vive el país.
En tanto, el gobierno de Maduro declaró “persona non grata” al embajador alemán Daniel Kriener, uno de los representantes europeos que el lunes recibieron a Juan Guaidó a su regreso a Venezuela, ante el temor de que pudiera ser detenido.
En un comunicado divulgado en la cuenta de Twitter del canciller Jorge Arreaza, su dependencia dijo que los actos del embajador “contravienen las normas que rigen las relaciones diplomáticas” y le dio 48 horas para abandonar el país.
Según Arreaza, Kriener ejerce en Venezuela “un rol público más propio de un dirigente político” y ha cometido “intromisión en asuntos de competencia exclusiva del pueblo y de las autoridades del Estado venezolano”.
En respuesta, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, ratificó que el apoyo europeo a Guaidó es “inquebrantable”. “Esta es una decisión incomprensible, que escala la situación en lugar de suavizar las tensiones”, dijo.