Washington.— El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, se sumó ayer al debate nacional sobre el aborto, al instar a la Corte Suprema a pronunciarse sobre las interrupciones del embarazo basadas en el sexo, la raza o una malformación del feto, después de que el alto tribunal eludiera esa cuestión.
Temprano, la Corte Suprema confirmó parte de una ley de Indiana firmada cuando Pence era gobernador del estado, que exige que los restos de fetos abortados sean cremados o enterrados, pero eludió pronunciarse en otro caso respecto de la cláusula de aborto “selectivo”; esto es, las interrupciones del embarazo basadas en el sexo, la raza o una malformación del feto.
El entonces gobernador había prohibido ese tipo de abortos, pero un tribunal de apelación bloqueó esa medida y la Corte Suprema decidió no intervenir en ese asunto mientras no lo hagan otras jurisdicciones inferiores.
La reacción del actual vicepresidente fue inmediata. Vía Twitter, dijo que como gobernador de Indiana le enorgulleció firmar una ley que requería que los restos fetales sean “tratados con dignidad y respeto”. Aludiendo a las consideraciones de uno de los jueces, quien indicó que el Supremo ha sido celoso a la hora de prohibir la discriminación basada en el sexo, la raza y la discapacidad, Pence se declaró “esperanzado” en que esa instancia reconozca “las mismas protecciones para los no nacidos cuando se pronuncien sobre futuras apelaciones de la legislación provida”.
Además, su despacho se expresó “optimista de que en una fecha posterior la Corte Suprema va a revisar una de varias leyes estatales a lo largo de Estados Unidos que prohíben el aborto basado en el sexo, la raza o una discapacidad”.
“Países en todo el mundo prohíben el aborto selectivo y Estados Unidos debe hacer lo mismo”, dijo la portavoz de Pence, Alyssa Farah, en un comunicado.
La decisión del Supremo se produjo tras la aprobación de una ley estatal en Alabama que prohíbe el aborto en prácticamente todos los casos, sin contemplar excepciones para la violación o el incesto. La ley equipara aborto con homicidio y puede llevar a los médicos a prisión de 10 a 99 años; además, los abortos sólo son legales si la vida de la madre está en peligro o si el feto tiene una condición fatal. La medida se suma a otras admitidas recientemente en Kentucky, Mississippi, Ohio y Georgia, que prohíben el aborto una vez que se detecta el latido del corazón del feto.
También, ayer se informó que la única clínica de abortos de Missouri puede cerrar para fines de esta semana porque el estado la amenazó con no renovarle su licencia. Representantes de Planned Parenthood dijeron que la licencia de su instalación en San Luis expira el viernes. De no ser renovada, Missouri se convertirá en el primer estado en no tener una clínica de aborto desde el fallo de Roe Vs. Wade de la Corte Suprema en 1973. Missouri es uno de los estados que han aprobado medidas contundentes contra abortos.