San José.— Polos opuestos… se atraen y eso siempre lo entendió la opositora derechista venezolana María Corina Machado, candidata a la presidencia de Venezuela por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), mayor bloque antichavista de ese país, pero que siguió inhabitada por el chavismo para competir en los comicios del próximo 28 de julio.
Aunque se afianzaron en esquinas contrarias del turbio cuadrilátero político de Venezuela, fuerzas opositoras y oficialistas parecieron atraerse, conspirar por separado y atacar a una misma meta: sacar a Machado de las elecciones presidenciales.
Las motosierras de algunos sectores opositores y todas las de los oficialistas nunca dejaron de sabotear a Machado, para aplicarle una popular y famosa técnica en América Latina y el Caribe: serrucharle el piso, para obligarla a caer y excluirla de la contienda.
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Machado prometió seguir en campaña y reiteró que Maduro la inhabilitó al saber que, si se le enfrenta, perdería en las urnas. En el PUD aparecieron voluntarios para sustituirla, en un asedio para que desista de su candidatura.
“Es iluso pensar que en 2024 habrá elecciones libres en Venezuela”, alertó la abogada venezolana Tamara Taraciuk, directora del Programa sobre Estado de Derecho del (no estatal) Diálogo Interamericano, de Washington e influyente centro de análisis.
“El camino electoral es clave para comenzar una transición democrática y es fundamental avanzar en esa dirección, sobre todo porque el pueblo venezolano es profundamente democrático y, si tiene la opción de expresarse por el voto, lo hará”, aseguró Taraciuk a EL UNIVERSAL.
El régimen del cuestionado presidente de Venezuela, el izquierdista Nicolás Maduro, abrió la ruta electoral. El 5 de este mes, al cumplirse 11 años del deceso de Hugo Chávez (1954.2013) siendo presidente y líder de la revolución que empezó en Venezuela en 1999, Maduro reconfirmó que los comicios serán el próximo 28 de julio: Chávez cumpliría 70 años ese día.
A espera del anuncio oficial, Maduro fue proclamado este año como candidato presidencial del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) por jerarcas chavistas.
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Maduro se reeligió en 2018 en comicios calificados como ilegítimos por más de 50 países que lo desconocieron como Jefe de Estado para el sexenio de 2019 a 2025.
“No solamente la oposición busca elecciones, sino que el gobierno de Maduro necesita legitimidad electoral”, alegó Taraciuk.
“Esto provee una oportunidad y, como las autoridades [chavistas] hoy se sienten cómodas y afianzadas en el poder, deben escuchar una voz unánime de la comunidad internacional que indique, claramente, que se desconocerá la legitimidad del resultado electoral si no se cumplen garantías mínimas”, agregó.
Al subrayar que “uno de los grandes desafíos para el futuro de Venezuela es que la oposición real se mantenga unida en el camino electoral”, adujo que “el foco de la atención internacional no debe ser cuestionar si Machado debe ser candidata o buscar un sustituto, sino cómo conseguir que el gobierno de Venezuela cumpla con el compromiso de Barbados.
“Esto sólo se logrará con una combinación efectiva de garrotes-amenazas creíbles de consecuencias por incumplir, con zanahorias o incentivos o beneficios por hacer lo correcto. Eso es clave para lograr que haya elección y negociar las condiciones de cómo será el día después para quienes están hoy aferrados al poder”, planteó.
Un pacto suscrito por oficialistas y opositores en octubre de 2023 en la caribeña isla de Barbados garantizó comicios libres y transparentes, pero el antichavismo fustigó al chavismo por violarlo al inhabilitar a Machado.
Maduro ratificó el 26 de enero anterior un fallo que, vigente de 2015 a 2036 y acusada de traicionar a Venezuela, impedirá que Machado se postule a la presidencia.
Al pleito por el futuro de la ahora deteriorada democracia venezolana se sumó el presidente de Brasil, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, al recordar en Brasilia el miércoles anterior que, por sus líos judiciales de corrupción en 2018, se le impidió postularse a las elecciones presidenciales de su país. Sin citar a Machado, sugirió que deje de “llorar” y busque otro candidato.
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Al devaluar “la realidad de los opositores perseguidos” por Maduro, Lula “se muestra insensible a la tragedia social, política y democrática de Venezuela”, defendió al gobernante y mostró “su atracción por las autocracias”, aseveró el analista e investigador independiente brasileño Leonardo Coutinho, presidente de Inbrain Consultants, consultora privada de Washington.
“Al decir que Machado debería ‘dejar de llorar’ y nombrar a otro candidato para sustituirla en la farsa de elecciones [de] julio, Lula ha cruzado otra barrera. Para Machado, Lula ha sido misógino y la desprecia por ser mujer”, dijo Coutinho a este diario.
La opositora Machado contestó el miércoles a Lula en su red de X (antes Twitter).
Al cuestionar que esté llorando, como narró Lula, le lanzó: “¿Lo dice porque soy mujer? Usted no me conoce. Estoy luchando para hacer valer el derecho de millones de venezolanos que votaron por mí en las primarias y (…) tienen el derecho de hacerlo” en elecciones libres “en las que derrotaré a Maduro”.
“La única verdad es que Maduro tiene miedo de enfrentarme”, insistió en sus ataques a su rival externo… sin eludir a sus enemigos internos.