“El panorama en Venezuela es terrible”, lamenta Luisa Ortega, quien fue fiscal general hasta que la Asamblea Nacional Constituyente la destituyó a principios de agosto. En entrevista con EL UNIVERSAL, considera que en este momento en su país “no es posible hacer justicia” y es por esto que hay que buscarla en otras latitudes, algo que ella intenta hacer con el recorrido que realiza por varios países de América Latina para denunciar la situación que se vive en su nación.

Es contundente al asegurar que sigue siendo la fiscal de Venezuela, ya que su destitución se dio a través de una ilegítima Asamblea Constituyente, cuyas acciones “están viciadas de nulidad”.

Por años usted fue una chavista fiel, ¿qué la hizo cambiar su postura?

—Yo no he cambiado, yo sigo siendo la misma persona con la misma posición, con la misma postura, con los mismos principios y la misma irreverencia.

Yo siempre he sido defensora de los derechos humanos y, precisamente, los que cambiaron, los que comenzaron con la violación a los derechos humanos, fue el gobierno [venezolano]. Comenzó a vulnerar los derechos humanos con la represión, la forma en cómo se pretendía enjuiciar a la disidencia política, porque allá hay una persecución a quien no piensa y hace lo que el gobierno quiere.

La postura del gobierno es: tú vas a comer si estás de acuerdo con ellos, vas a tener acceso a los alimentos, vas a tener acceso a medicina, salud, seguridad y a los privilegios si estás de acuerdo con lo que están diciendo. Pero si tú no estás de acuerdo con eso yo te voy a perseguir, te voy a encarcelar, te voy a sembrar evidencias. Es un estado de persecución, terrorista, dictatorial. Lamentablemente es lo que estamos viviendo en Venezuela. La disidencia política es fuertemente perseguida.

La ilegítima Asamblea Constituyente ya está persiguiendo a todos los opositores. No hay respeto a la opinión contraria, no hay respeto a las críticas que lo que hacen es fortalecer la democracia. Deberían ser bien recibidas y analizadas para buscar corregir y garantizar la satisfacción de la población.

¿Cree que sus denuncias contra el régimen por corrupción y demás delitos tengan éxito?

—Yo creo que sí.

¿Por qué?

—Yo soy la fiscal general de Venezuela y como tal estoy operando en distintos países. La manera en como fue asaltado el Ministerio Público Venezolano, militarmente, porque no era complaciente con el gobierno y luego una ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, una asamblea de [el presidente Nicolás] Maduro me destituye, eso es ilegal.

Si la Asamblea Nacional Constituyente es ilegal, todos sus actos, todas sus acciones están viciadas de nulidad. En consecuencia, yo sigo siendo la fiscal general.

¿Qué es lo que yo estoy haciendo? Con todos los elementos me estoy reuniendo con fiscales de distintos países con el fin de entregar todas las evidencias que comprometen a distintos actores en Venezuela en hechos de corrupción, de narcotráfico y violación a los derechos humanos.

Porque en Venezuela no es posible hacer justicia, hay que buscarla en otras latitudes, en otros espacios, porque es imposible que se investigue cualquier hecho.

El gobierno no ha asumido su responsabilidad. Cada cosa que pasa, es un factor externo el responsable, nunca son ellos. Ahora soy yo la responsable de las tragedias que está viviendo el pueblo venezolano; también las sanciones que aplicó el gobierno de Estados Unidos a Venezuela, es por eso que hay una crisis humanitaria, no es porque desde hace tres años no hay alimentos ni medicinas.

Si no reconoces que hay fallas no las vas a corregir nunca. Hay una ceguera política, hay un estado de negación de la realidad, de negar los problemas de los que el mismo gobierno es responsable.

El gobierno venezolano la acusa de complicidad en un presunto desfalco, así como de traición y a su esposo de estar implicado en sobornos.

—Eso es un montaje para descalificarme, para hacer una persecución penal en mi contra, contra mi familia y en contra de los funcionarios del Ministerio Público.

Lo último que están señalando es que, supuestamente, yo soy responsable de la corrupción que ocurrió en la petrolera [venezolana PDVSA].

Yo no trabajo en la petrolera, los responsables son los que no denunciaron oportunamente lo que estaba ocurriendo, porque los casos que fueron denunciados ante el Ministerio Público o de los que tuvo conocimiento la dependencia, yo todos los investigué.

Como yo estoy denunciando ante la comunidad internacional lo que está pasando en Venezuela, ellos lo que quieren es ocultarlo. Hay una censura absoluta, quieren un pensamiento único, que todo el mundo piense como ellos piensan, que todo mundo haga lo que ellos quieren. Eso no es democracia, debe haber respeto a la opinión contraria.

Todos los caminos en Venezuela se han cerrado, los caminos electorales, los caminos del diálogo. Ellos invocan el diálogo, el gobierno de Venezuela, Maduro llama al diálogo cada vez que tiene “el agua al cuello”, y convoca a los aliados y se aprovecha de ellos.

Es grave lo que pasa en Venezuela y yo llamo a la comunidad internacional a solidarizarse con el pueblo, que es el que ha sufrido más. Que Venezuela recupere la democracia, recupere las libertades, recupere el Estado de derecho, porque se ha perdido totalmente.

Usted ha denunciado que el régimen envió sicarios a perseguirla. ¿Teme por su vida?

—Sí. Quien me da esa información es gente de Venezuela, me dicen que tenga cuidado con determinadas personas, que [el gobierno] se ha encargado en contratar personas para que me hagan seguimiento a todo lo que yo hago y que las instrucciones que tienen es tratar de callarme.

Silenciarme puede pasar también con que esté en riesgo mi vida.

Ahora que la Constituyente es una realidad, ¿qué sigue para Venezuela? ¿Cómo resolver la crisis?

—Indudablemente que el panorama es terrible y en este momento que estamos con un bloqueo económico, con una deuda externa que está apunto de vencerse para septiembre, de verdad que el panorama para el venezolano es difícil.

Yo abogo porque haya una reflexión en torno a eso. Ojalá el gobierno reflexione y entienda que no debe perpetuarse en el poder, sino buscar una solución para el país. Yo creo que ellos no van a reflexionar acerca de eso pero ojalá [llegara] una ráfaga de sabiduría, una ráfaga de madurez que los haga reflexionar porque lo que se avecina para mi país es terrible.

Si yo estuviera en Venezuela y tuviera la posibilidad de solucionar, presentaría las propuesta, pero desde la postura en la que estoy lo que harían sería empezar a endilgarme descalificativos. Si tú dices: ‘Miren la solución para el problema de Venezuela es éste’, te dicen: ‘Mira, es imperialista, traidora’. ¿A quién traicioné? Yo sigo siendo venezolana y sigo luchando por el bienestar de mi patria, yo no he hecho otra cosa que defender a los míos. Todo el mundo que no está de parte de ellos es traidor, hay que estar con Maduro para ser patriota.

¿Qué sigue para Luisa Ortega?

—Luchar, seguir luchando venciendo porque vamos a vencer, yo estoy segura. Yo salí del país porque si ellos me capturaban me iban a exhibir como un trofeo y a violar todos mis derechos, como han hecho hasta ahora. Ha sido una persecución terrible y el pueblo de venezuela sabe eso y ha mostrado su solidaridad.

Yo estoy segura que esto no va a durar mucho y al pueblo de Venezuela, mi mensaje fraterno, solidario. Para recuperar la decencia, la honorabilidad, la honestidad hay que tener fuerza, no pierdan la esperanza. Vamos a recuperar a Venezuela, vamos a recuperar la libertad, vamos a recuperar la democracia y el Estado de derecho. Lo que está en el camino son cosas buenas, vamos hacía allá y vamos a vencer.

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