La expansión de la variante Delta del Covid-19 y su extraordinaria capacidad de contagio han obligado a revisar al alza las cifras q ue se necesitan para alcanzar la inmunidad grupal, hasta el punto de que los expertos barajan ya porcentajes de vacunación superiores al 90% para adquirir cierto blindaje colectivo.
Los rebrotes de las infecciones en países como España o Israel que cuentan con altas tasas de vacunación, muestran que tener al 70% de la población vacunada sigue siendo insuficiente para neutralizar al Covid-19 y sus continuas mutaciones.
“Probablemente la inmunidad de rebaño no la vamos a conseguir. Al inicio se hablaba del 70%, con base en el poder de contagio de la variante de Wuhan. Pero después llegaron la variante británica y la variante Delta. Esto ha cambiado el porcentaje de población a vacunar, lo que hace necesario vacunar como mínimo a 80% de la población. Pero realmente lo que se vislumbra con estas vacunas es la imposibilidad de generar una inmunidad de rebaño”, señala a EL UNIVERSAL el epidemiólogo Joan Carles March.
“Prefiero no hablar de cifras porque cuando hablamos de un 80 o 90% de vacunados, básicamente estamos hablando de toda la población. Por lo tanto, no hablemos de inmunidad de rebaño y sí de vacunar como elemento clave para conseguir que el porcentaje de personas vacunadas sea lo más alto posible y disminuyan los contagios. Esa es la clave , teniendo en cuenta que las vacunas no son esterilizantes”, agrega el doctor en medicina y experto en salud pública.
El especialista considera que los rebrotes en los países que han alcanzado un significativo porcentaje de vacunación se deben a la variante Delta y a la población no vacunada, entre ellos los jóvenes que incrementaron los niveles de contagio, como sucedió en España .
“Está claro que el contagio genera contagio, que los contactos generan contagios. Y en este sentido ha sido posible que en un inicio de población joven, con pocos controles, se haya incrementado el poder de la variante Delta. Todo ello teniendo en cuenta que esta mutación disminuye ligeramente la efectividad de las vacunas”, añade el especialista en salud pública.
La respuesta para que no surjan más variantes como la Delta se llama vacunación, que es la única forma de disminuir la posibilidad de que el virus tenga mayores posibilidades de réplica.
“El hecho de tener tantos países del mundo con un nivel de vacunación muy bajo, obliga a ser muy precavidos, porque tanta gente sin vacunar puede ser una fábrica de variantes y algunas de estas mutaciones pueden retar el poder inmunológico de las vacunas”, advierte.
“Además, estamos en un momento de inicio escolar en muchos países, lo que significa una mayor congregación de personas, con muchos menores no vacunados, lo que es un elemento que junto al otoño y el aumento de infecciones en esta época pueden generar un incremento de contagios”, alerta el epidemiólogo.
El efecto yo-yo, abrir y cerrar las restricciones, ha provocado en muchos países un incremento de casos contagiados y un aumento de la mortalidad, subraya.
En este contexto, el control de fronteras a nivel internacional sigue siendo determinante.
“No se hizo bien con la variante india o británica. Si no hay un buen control de la población que ingresa al país, que debe tener la doble pauta de vacuna o una PCR negativa, de alguna manera se favorece que haya un incremento de casos y que las variantes puedan entrar”, indica el experto que lanza algunas recomendaciones para enfrentar la pandemia .
“Lo que se necesita es una acción mucho más contundente ante cualquier pequeño incremento de casos de contagio. Muchos países en el mundo lo que han tenido es una actitud de convivencia con el virus y esa convivencia ha generado un problema económico y sanitario”, resalta.
Lo que ha funcionado mejor son las restricciones duras, como han hecho los países asiáticos. El doctor en medicina pone el ejemplo de los Juegos Olímpicos de Japón que se han celebrado sin público, mientras en Europa, con una incidencia mucho mayor de casos, se celebró la Eurocopa de futbol con gente en los estadios.
“Prescripciones más duras, contundencia cuando hay casos, medidas que permitan un buen control de fronteras para evitar el incremento de entrada de casos y, sobre todo, vacunación, vacunación y vacunación. Estas son las claves de esta historia”, concluye el epidemiólogo antes de reseñar que los países que disponen de mayor número de vacunas deben de ofrecerlas a los que menos tienen, ya que mientras no estemos todos vacunados, no estaremos seguros.
En este escenario incierto, los expertos advierten que la inmunidad total frente al Covid-19 tardará en llegar y requerirá muy probablemente de vacunas de segunda generación.
lsm