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Madrid.— Cuando concluya 2019, España habrá invertido alrededor de 630 millones de dólares en la celebración de cuatro elecciones generales convocadas en apenas cuatro años.
La próxima cita electoral consumirá 160 millones de dólares y tendrá lugar hoy, luego de que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que ganó los últimos comicios, pero sin la mayoría suficiente, no lograra llegar a un acuerdo con el resto de las formaciones para formar gobierno.
La organización de los centros electorales, la impresión de sobres y papeletas, el envío de propaganda, la facilitación del voto a distancia, las telecomunicaciones, la difusión del escrutinio y el despliegue de los cuerpos policiales para garantizar la seguridad, absorben la mayor parte de la inversión que el Estado destina a la realización de unos comicios generales.
A ello se suman otros gastos, como la dieta de casi 75 dólares que percibe cada uno de los 180 mil ciudadanos que forman parte de las 60 mil mesas electorales distribuidas por España y que reciben compensaciones laborales.
En este balance hay que incluir los gastos extraordinarios que soportan los ayuntamientos, que tienen que acondicionar los colegios electorales y movilizar a la policía local. Además, hay que añadir la inversión de los partidos en la campaña electoral, en la cual cada formación podrá gastar un máximo de 15 millones de dólares.
Las partidas dedicadas a la organización de las cuatro elecciones generales que se habrán celebrado en España cuando finalice 2019, quintuplican el presupuesto anual de muchos ayuntamientos españoles, como el de Toledo que destina algo más de 100 millones de dólares a satisfacer las necesidades del municipio. También supera con creces el presupuesto de ciudades como Valladolid, que con más de 300 mil habitantes dispone en sus arcas de unos 350 millones de dólares al año.
La fuerte inversión estatal en elecciones generales se produce, además, en un contexto de desaliento social, porque son muchos los ciudadanos de todas las tendencias ideológicas que se muestran decepcionados.
Los usuarios ya iniciaron una campaña en redes sociales pidiendo a los partidos que se abstengan de enviar a los domicilios propaganda electoral que se suele ningunear y dediquen esos fondos al reforzamiento de partidas dirigidas a la sanidad, la educación o la investigación. En cualquier caso, nadie asume responsabilidades por la llegada de una cuarta elección.
Las encuestas apuntan a ligeros cambios en el tablero electoral y advierten que se podría producir un resultado similar al actual, aunque el desenlace final es un enigma. Según los sondeos, la tendencia más probable es que el PSOE aumente su ventaja en las urnas, pero siga sin tener una mayoría suficiente, por lo que estaría obligado a volver a negociar la formación de gobierno. El gobierno socialista maneja ya la conveniencia de estudiar la implementación de una segunda vuelta electoral para evitar el bloqueo político provocado por el fin del bipartidismo, la aparición de nuevas formaciones y la fragmentación parlamentaria.