Bruselas.— La pasarela de candidatos a ocupar el cargo de comisarios en el mandato renovado de Ursula von der Leyen tendrá lugar sin que la titular del Ejecutivo comunitario tenga garantizados los votos en el Parlamento Europeo para aprobar la Comisión Europea que pretende presidir.
Con excepción de su familia política, el Partido Popular Europeo (PPE), la bancada más numerosa en la Eurocámara, pero sin fuerza suficiente para aprobar en solitario a su futuro equipo, los grupos políticos han expresado reservas sobre la oferta de Von der Leyen.
Muchos eurodiputados, además, están inconformes por la conformación de un portafolio que no cumple la paridad de género, como prometió la exministra de Defensa de Alemania, y muestra una clara inclinación hacia la derecha.
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“Será un camino accidentado, no hay la menor duda de ello”, dice Janis Emmanouilidis, director general adjunto del European Policy Centre (EPC), un think tank especializado en el funcionamiento de la Unión Europea (UE).
“Puede resultar muy complicado, puede que haya segundas audiencias, puede que algunos candidatos fracasen, que haya reconfiguración de responsabilidades. Si vemos los nombres de quienes ya enfrentan críticas, no se trata sólo de uno, sino probablemente de cuatro o cinco, incluso podrían surgir otros nombres (...) Será un camino lleno de sobresaltos y al final habrá quien salga, no como comisario, sino como ciudadano de a pie”.
Los analistas en Bruselas no prevén que la Comisión Von der Leyen 2.0 arranque el 1 de noviembre como marca el calendario, incluso hay dudas de que el proceso termine el 1 de diciembre. No sería la primera vez en que hay un aplazamiento en la toma de posesión del nuevo equipo de comisarios. En 2019, tres candidaturas fracasaron al final del día.
En 2004, el portugués José Manuel Durao Barroso tuvo que esperar meses debido a que el Parlamento cerró filas por las candidaturas de Neelie Kroes, una mujer de negocios involucrada en decenas de empresas, y Rocco Buttiglione, quien admitió que considera pecado la homosexualidad. Barroso había sido admitido por la Eurocámara en junio de ese año, pero tuvo que esperar hasta el 22 de noviembre para entrar en funciones. Para esta edición, por lo menos siete candidaturas enfrentarán duros interrogatorios por su historial o incongruencias con la cartera asignada, que es prerrogativa del presidente de la comisión.
La propuesta más polémica es la del italiano Raffaele Fitto, para la vicepresidencia y la cartera de Cohesión y Reformas. Los liberales, verdes y socialistas consideran inaceptable que un político afiliado a un partido de extrema derecha ocupe la vicepresidencia de la comisión y advierten que su nombramiento podría socavar la coalición democrática y proeuropea que facilitó la reelección de Von der Leyen.
La ministra belga de Exteriores, Hadja Lahbib, aspirante a la cartera de Preparación y Gestión de Crisis, deberá contestar cuestionamientos sobre los incidentes que la vinculan con Irán y Rusia, mientras que la eslovena Marta Kos, propuesta para Ampliación, tendrá que explicar supuestas conexiones con la antigua policía secreta de la antigua Yugoslavia.
El húngaro, Olivér Várhelyi, actual Comisario de Ampliación, enfrentará un Parlamento que desde hace tiempo se pregunta si su comportamiento, acciones y políticas se ajustan a las normas de la Unión. Para el grupo de los Verdes, no es apto para asumir las tareas de sanidad y bienestar animal.
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La croata Dubravka Suica, actual comisaria responsable de Democracia y Demografía, estará en el ojo del huracán por sus gastos y viajes a lo largo de su mandato. Un total de 148 entre 2019 y 2024 por 360 mil euros; casi 60 de ellos fueron a la capital croata y 23 a su natal Dubrovnik.
Los eurodiputados también pondrán el acento en la incongruencia que hay en el nombramiento del eslovaco Maros Sefcovic, actual vicepresidente de la Comisión. Pretende asumir la tarea de Transparencia sabiendo que en el pasado incumplió con la declaración de bienes.
Por su parte, Ekaterina Zaharieva, exministra búlgara de Asuntos Exteriores y propuesta para Investigación e Innovación, tendrá que aclarar las acusaciones que la implican en una estafa en la que se emitieron miles de pasaportes búlgaros a cambio de dinero.
Fabian Zuleeg, director Ejecutivo y Economista Jefe del EPC, anticipa bajas durante el proceso. “Para el Parlamento Europeo es importante mostrar que tiene el poder de derribar a alguno de ellos”, asegura.
“Yo estaría más preocupado sobre qué se va a hacer en cada una de las asignaturas políticas, en vez de las personalidades. Al final, los portafolios reflejarán la importancia de cada uno de los Estados miembros y la influencia que tienen”.
Los analistas coinciden que Ursula von der Leyen está enviando mensajes claros con la lista de “deseos” entregada a la Eurocámara.
Con la elección de figuras de bajo perfil, la funcionaria alemana pretende enviar una señal de concentración poder, al armar un equipo en el que no hay figuras políticas que le hagan sombra, ni que puedan actuar por la libre. Todo pasará por su despacho.
“Procuró un equipo que no le genere problemas, lo que me parece un error, porque para tener un equipo fuerte necesitas de individuos fuertes”, sostiene Emmanouilidis.
La lista de comisarios además refleja las orientaciones políticas de la próxima administración. Si bien se han incluido nuevos ámbitos, como es la cuestión de seguridad y defensa, Zuleeg señala que la jefa del Ejecutivo ha dejado claro que no pondrá sobre la mesa asuntos que incomoden a los Estados miembros.
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Para el segundo mandato todo ha quedado abierto, puesto que no hay un marco operativo claro y se desconoce cuáles son las prioridades en términos de acción, las áreas en las que se concentrará y lo más importante que hay que hacer.
Aunque al final, subraya Zuleeg, “la gran pregunta es si los Estados miembros estarán dispuestos a que opere el sistema europeo”, en el caso de que Ursula von der Leyen esté dispuesta a empujar agendas ambiciosas, aun sabiendo que no hay consenso y enfrentará oposición en las capitales europeas.
La presidenta de la comisión dice que las prioridades serán construidas en torno a la prosperidad, la seguridad y la democracia, con la competencia y la doble transición, digital y verde, como telón de fondo.