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Estados Unidos despertó ayer con el horror de la peor matanza en su historia cometida por un hombre que abrió fuego contra más de 22 mil personas que asistían a un festival de música country en la ciudad de Las Vegas. Al cierre de esta edición el saldo oficial era de 59 muertos y 527 heridos.
El sospechoso fue identificado como Stephen Paddock, un hombre blanco de 64 años, sin historial delictivo y millonario de bienes raíces.
Desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay había vistas perfectas del descampado en el que se celebraba un festival de música country, en el que se estima había 22 mil personas.
A las 10:08 de la noche del domingo (00:08 horas, tiempo de México), la policía recibió los primeros avisos de tiroteo. En vídeos difundidos en redes sociales y medios de comunicación se oye una ráfaga de disparos que dura nueve segundos, un silencio de 37 segundos, y la reanudación de la matanza. Algunos testigos aseguran que oyeron tiros durante 10 minutos.
Paddock rompió dos ventanas de su habitación con un martillo y empezó a disparar a discreción. Cuando la policía llegó a la suite, tuvieron que abrir la puerta con explosivos. Dentro yacía el cuerpo del sospechoso, muerto.
Había acumulado un arsenal: en la habitación del hotel una veintena de armas, la mayoría rifles. Dos de ellos estaban todavía sobre caballetes apuntando a la calle, con mirillas telescópicas. Además, encontraron centenares de municiones y un ordenador que el FBI está analizando; en su coche había químicos que se usan para fabricar explosivos. En el registro de su casa encontraron 19 armas más, miles de balas, explosivos y “equipos electrónicos”.
La multitud, ubicada en un espacio al aire libre, tenía pocos lugares para cubrirse y ningún camino para escapar fácilmente. Algunas víctimas cayeron al suelo, mientras que otras huyeron en pánico. Algunos se escondieron detrás de los puestos de venta, mientras que otros se arrastraron debajo de autos estacionados.
De acuerdo con The Washington Post, Paddock pudo haber utilizado al menos un rifle totalmente automático para cometer la masacre. Sin embargo, el motivo del ataque continúa siendo un misterio. “No puedo meterme a la mente de un sicópata en este momento”, dijo el jefe de policía de Las Vegas, Joseph Lombardo.
Se refirió al presunto autor del ataque como un “lobo solitario”.
Ayer por la mañana el Estado Islámico (EI) reivindicó el ataque, sin dar ninguna prueba, y aseguró que el autor se había “convertido al islam hace algunos meses”, según un comunicado difundido por la agencia Amaq, que da a conocer información sobre el grupo yihadista.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) descartó esa posibilidad. “No hemos determinado por el momento ninguna conexión con un grupo terrorista internacional”, dijo el agente Aaron Rouse en una conferencia de prensa. Agregó que con la información disponible en un primer momento no era posible establecer una relación de Paddock con organizaciones terroristas.
En un discurso a la nación, el presidente Donald Trump calificó el ataque como “un acto de pura maldad”.
“Estamos unidos hoy en nuestra tristeza, conmoción y luto” por el tiroteo, dijo en una declaración desde la Casa Blanca.
Añadió que “en momentos de tragedia y horror, Estados Unidos se une como uno solo, así siempre lo ha hecho. Apelamos a los lazos que nos unen: nuestra fe, nuestra familia y nuestros valores compartidos”, También ordenó izar las banderas a media asta y dijo que el miércoles irá a Las Vegas.
En tanto, este hecho devolvió el tema de las armas al debate político. Solo han pasado 16 meses desde que la frase “el peor tiroteo de la historia de EU” fue utilizada. Fue cuando en junio de 2016, 49 personas murieron masacradas en la discoteca Pulse de Orlando, Florida, un ataque que además tuvo tintes de terrorismo islamista.
De las 10 masacres más mortíferas de la historia moderna de EU, siete se han producido en la última década.
En lo que va de 2017 se han producido 273 matanzas, entendidas como hechos con al menos tres muertos por armas de fuego.
Sin embargo, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, consideró “anticipado” discutir en este momento sobre leyes de tenencia de armas más duras en EU. “El presidente ha dejado claro que es un defensor de la Segunda Enmienda [que protege el derecho de los estadounidenses a poseer y portar armas]”, dijo tras una pregunta sobre el tema.
Así, las esperanzas de que la situación cambie son escasas.
En tanto, Las Vegas está en duelo y buscando confort con las historias heroicas que van apareciendo. La mayoría de casinos han cancelado sus espectáculos, mientras la población se movilizó en solidaridad.
Las filas para donar sangre fueron largas y la ayuda económica para las víctimas superó los dos millones de dólares en pocas horas.