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Estambul.— El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, inició ayer un nuevo mandato de cinco años con amplios poderes, bajo un nuevo sistema denunciado como autocrático por sus detractores, dos años después de un fallido golpe de Estado.
Erdogan prestó juramento ante el Parlamento turco y se comprometió a llevar a cabo su tarea de manera “imparcial”, y preservar los principios de la Turquía laica fundada a principios del siglo XX por Mustafa Kemal Atatürk.
Acompañado por su esposa Emine, el presidente conservador turco fue recibido con una ovación por los representantes de la mayoría presidencial, dominada por los diputados del partido de Erdogan, el islamoconservador AKP.
En el poder desde 2003, como primer ministro y luego como presidente, Erdogan, de 64 años, fue reelegido el 24 de junio, en la primera vuelta de las elecciones, con 52,6% de los votos.
Erdogan participó en una ceremonia en el palacio presidencial, inaugurando una nueva era en la historia moderna de Turquía con el paso al sistema presidencial, tras una revisión de la Constitución adoptada por referéndum el año pasado.
Anunció un nuevo gobierno compuesto por 16 ministros, entre los que destaca su yerno, Berat Albayrak, quien ocupará la cartera de Finanzas.
Albayrak, de 40 años, quien está casado con la hija mayor del presidente, Esra, ocupaba desde 2015 el puesto clave de ministro de Energía y vivió en los últimos años un ascenso imparable.
Su nombramiento llega en un contexto económico complicado con una fuerte inflación, una importante devaluación de la moneda y un gran déficit por cuenta corriente, a pesar de un crecimiento sólido.