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El expresidente estadounidense Donald Trump afronta mañana lunes el testimonio de una figura clave en el juicio penal en su contra por los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels: su antiguo abogado y mano derecha, Michael Cohen, que los facilitó.
Trump se verá cara a cara con uno de sus mayores enemigos, que en 2018 se declaró culpable y cumplió más de un año de cárcel por varios delitos, entre ellos precisamente los de financiación irregular de la campaña electoral por los pagos a dos supuestas amantes del político, una de ellas Daniels.
Cohen es un testigo estrella de la Fiscalía de Manhattan, que ha acusado a Trump de 34 delitos por falsificar libros contables en una serie de pagos al abogado durante la campaña presidencial de 2016 que le llevó a la Casa Blanca, incluidos 130.000 dólares del expresidente a Daniels para acallarla.
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Se espera que Cohen arremeta contra Trump, como habitúa y ya hizo en el reciente juicio civil en Nueva York por fraude en la Organización Trump, donde le responsabilizó de manipular cifras de activos, y que resultó en una multa de 364 millones de dólares que el magnate está recurriendo.
La semana pasada también subió al estrado otra testigo clave y opositora de Trump, la propia Daniels, que detalló su aventura de una noche en 2006 con el exmandatario casado, cuando ella tenía 27 años y él 59.
Daniels se sometió a un duro contrainterrogatorio de la defensa en el que fue tachada de mentirosa y motivada por el dinero, e incluso acusada de que el pago del expresidente, intermediado por Cohen, fue fruto de una extorsión, algo que ella negó.
Los abogados intentaron por enésima vez, sin éxito, que se anulara el juicio denunciando el carácter íntimo del testimonio de la actriz de cine adulto, pues reveló haber azotado a Trump con una revista y dijo que este la había recibido en un pijama de satén y habían tenido sexo sin protección.
Un mes de juicio y llega el turno de la defensa
La acusación ha intentado establecer el ocultamiento de los pagos a Daniels por parte de Trump llamando a testificar a antiguos empleados, como su exportavoz de campaña Hope Hicks, o el exauditor de su empresa, Jeffrey McConney, así como el editor de tabloides David Pecker.
Entre los datos que expusieron estaba el temor del círculo de Trump por las noticias dañinas para su imagen, como la cinta en que presumía de manosear a mujeres; el reembolso de Trump a Cohen por el pago a Daniels, que se etiquetó como 'gasto legal', o la estrategia de comprar historias para silenciarlas en prensa.
La actitud contenida de Trump en la sala de la Corte Suprema de Nueva York, entre atento y adormilado, contrastó con sus intervenciones en las redes sociales, que le han costado miles de dólares en multas por violar una 'orden mordaza' del juez que limita sus comentarios sobre los involucrados en el caso.
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La Fiscalía ha sugerido que esta semana concluirá su presentación de argumentos y pruebas, dando paso al turno de los abogados de Trump, que intentarán defender la inocencia de su cliente, previsiblemente minando la credibilidad de testigos críticos como Daniels y Cohen.
Esta semana se cumple un mes desde que comenzó este juicio inédito, el 15 de abril, y no habrá sesión el miércoles, como es habitual, pero tampoco el viernes, puesto que el juez ha permitido que Trump se ausente para asistir a la graduación del instituto de su hijo menor, Barron, de 18 años.
Trump, que a falta de confirmación oficial es el candidato republicano a las elecciones presidenciales de noviembre, está en plena campaña y se ha quejado repetidamente de que este juicio y otros pendientes forman parte de una persecución política que perjudica sus aspiraciones y actos.
kicp