Washington.— A pesar de que México siempre está en la mira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacía tiempo que no amenazaba con una acción contra el país tan radical, brutal y unilateral. Desquiciado por el tema migratorio, incapaz de encontrar solución a un problema que él intensifica con sus políticas, Trump evade su responsabilidad culpando a México y esta vez el desafío es mayúsculo: impondrá aranceles, en principio, de 5% a partir del 10 de junio a todos los productos mexicanos a menos que el vecino del sur frene las caravanas.
Trump, por la mañana, había prometido algo “drástico” para solucionar la frontera y lo fue. Descartado el cierre de la frontera, la imposición de aranceles es una escalada en un momento crucial en la relación bilateral y la anunció horas después de tuitear un video que muestra a personas cruzando una barrera y asegurar que el miércoles “los agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron al mayor grupo de extranjeros ilegales: mil 36 personas que cruzaron ilegalmente la frontera en El Paso alrededor de las 4:00” de la madrugada.
La Casa Blanca, pese a negarlo, unió los dos temas más espinosos que comparten: migración y comercio. Justo cuando el empuje para la ratificación del nuevo tratado comercial está en auge. El impacto económico sería enorme: México ha sido en los últimos meses el principal proveedor de bienes a EU. “México debe dar un paso adelante y solucionar el problema”, añadió Trump. “Durante años, México no nos ha tratado injustamente; ahora vamos a reivindicar nuestros derechos como nación soberana”, señaló.
No hubo detalles sobre cómo se evaluará el éxito de las medidas mexicanas contra la migración. “Juzgaremos día a día”, dijo el jefe de gabinete, Mick Mulvaney. “Eso sí: México debe empezar a bajar las cifras [de migrantes que llegan a EU] de forma inmediata y sustancial”, advirtió, sobre una “crisis que es ahora y es urgente” solucionar. El secretario de Seguridad Nacional interino, Kevin McAleenan, dijo que México deberá aumentar sus detenciones en la frontera sur con Guatemala; enfocarse más en la lucha contra bandas criminales y cárteles y adaptarse en los nuevos sistemas de asilo que se vayan a implementar.
La Casa Blanca estaría tratando de poner todavía más restricciones, con una política diseñada directamente para dañar a los miles de centroamericanos que se agolpan en la frontera tras cruzar sus países y transitar por México. Según el portal Politico, EU negará la entrada a todos aquellos que hayan cruzado un tercer país antes de llegar a Estados Unidos. De facto, esto significaría la descalificación inmediata de todos los centroamericanos. “Es extremadamente increíble tratar de inhibir a quien llega a través de otro país en su cruzada por el asilo”, dijo Kerri Talbot, del Immigration Hub. “Básicamente bloquea a todos los centroamericanos”, resumió.