Donald Trump se mostró ayer dispuesto a que exista un camino hacia la ciudadanía para los dreamers en el pacto que se está negociando actualmente en el Congreso, a cambio de una inyección multimillonaria para la construcción del prometido muro en la frontera con México y otras mejoras en materia de seguridad.

El presidente detalló que la idea es que los jóvenes indocumentados, en el limbo y al borde de la deportación porque el propio magnate decidió rescindir el programa DACA que los amparaba, tengan el “incentivo” de que, “si hacen un buen trabajo”, puedan conseguir la ciudadanía en un periodo de 10 o 12 años.

“Digan [a los dreamers] que no se preocupen. Vamos a resolver el problema. Depende de los demócratas”, dijo el presidente, en el primer posicionamiento público en ese sentido que se le recuerda, más allá de asegurar de forma reiterada que quería una “ley de amor” para los jóvenes soñadores.

El obstáculo sigue siendo el muro, que los demócratas han puesto “fuera de la mesa” de negociación. Trump ya ha aclarado que, sin éste, no hay pacto posible. El presidente puso precio: 25 mil millones de dólares para la construcción de la barrera en la frontera, más 5 mil millones de dólares adicionales para la mejora de la seguridad. En total, 30 mil millones de dólares que, según legisladores republicanos, formarían parte de un plan de 10 años que serían desembolsados de inmediato y puestos en un fondo para su manejo.

Una solución para DACA y el muro son sólo dos de los “cuatro pilares” con los que trabaja la Casa Blanca para aceptar un pacto sobre migración. Los otros son la restricción de la “migración en cadena”, que se limitaría sólo a consanguinidad de primer nivel (esposos e hijos), y la desaparición de lotería de visados.

Trump bromeó con que espera un acuerdo sobre migración para cuando vuelva de su viaje a Davos (Suiza) el fin de semana, pero la negociación en ese ámbito está actualmente encallada. La nueva propuesta de la Casa Blanca debería acelerar el diálogo, al menos porque finalmente el presidente ha puesto sobre la mesa cuáles son sus intenciones en el tema.

Acusado de ser poco concreto en sus propuestas para resolver el tema migratorio —el líder demócrata en el Senado Chuck Schumer dijo que negociar con él era como hacerlo con “gelatina”—, Trump cambió de estrategia y empezó a trazar las líneas de un “plan marco” que la Casa Blanca revelará el lunes.

Falta saber si la propuesta que se presente sigue las directrices mostradas por Trump ayer o si, como es habitual en su administración, retrocede y da un nuevo vuelco en sus ideas.

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