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Seúl.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó ayer a Corea del Sur con expectativas de reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en la militarizada frontera que separa ambos países para tratar de revitalizar el diálogo sobre la desnuclearización.
Antes de llegar a Seúl, cuando se encontraba aún en la cumbre de líderes del G20 en Osaka, Japón, Trump envió un mensaje por la red social Twitter invitando a Kim a reunirse “unos dos minutos” con él durante la visita que tiene prevista el domingo a la Zona Desmilitarizada (DMZ) que separa ambas Coreas.
“Mientras estoy ahí, si el líder Kim de Corea del Norte ve esto, ¡yo me reuniría con él en la frontera/zona desmilitarizada sólo para estrecharle la mano y decirle: ‘Hola’”, escribió en Twitter.
El régimen no tardó mucho en responder. Su viceministra de Exteriores, Choe Son-hui, calificó la propuesta de “muy interesante” y la consideró positiva para las relaciones bilaterales.
Aunque explicó que EU aún no había enviado una invitación oficial para que ambos mandatarios se reúnan en la DMZ, se da por hecho que el régimen acepta la proposición y que el encuentro se producirá el domingo. Por si acaso, Trump dijo que no consideraría un mal gesto el que Kim no se presente.
“Nos han contactado muy rápido y quieren ver si podemos hacer algo, y no estamos hablando de una reunión larga, sólo un saludo rápido”, indicó el presidente estadounidense antes de despegar desde Osaka rumbo a Seúl.
“No lo llamaremos una cumbre, lo llamaremos un apretón de manos, si ocurre. Creo que a él le gustaría hacerlo, y a mí no me importaría, porque mañana voy a estar en la DMZ”, agregó el mandatario. De este modo, no se espera que el encuentro tenga más contenido fuera de un apretón de manos o algún otro gesto simbólico.