Miami.— El 20 de enero de 2025 marcará un hito en la historia de Estados Unidos. Donald J. Trump, tras perder la reelección en 2020 y vivir cuatro años fuera de la Casa Blanca, volverá como presidente, algo sin precedentes en la política contemporánea estadounidense. Este regreso es aún más notable, porque es el primer presidente convicto en la historia de Estados Unidos, lo que añade una capa de controversia a su retorno.
Ayer, Trump llegó a Washington acompañado de su esposa, Melania, y su hijo Barron. Aterrizó en el aeropuerto de Dulles, en el estado de Virginia, cerca de la capital federal, tras partir de West Palm Beach, en Florida, estado que ha sido su residencia habitual durante los últimos cuatro años.
Trump y Melania descendieron juntos las escaleras del avión mientras los flashes de los fotógrafos iluminaban la escena en medio de la oscuridad. El presidente electo saludó brevemente a los periodistas que le lanzaban preguntas y levantó el puño derecho en señal de victoria.
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La ceremonia de toma de posesión de Joe Biden en 2021 estuvo ensombrecida por los eventos del 6 de enero, cuando una turba de seguidores de Trump asaltó el Capitolio en un intento de revertir los resultados electorales.
Trump nunca reconoció plenamente la victoria de Biden, al afirmar repetidamente que las elecciones de 2020 fueron “amañadas”. Este retorno no sólo simboliza la resiliencia de su base de seguidores, sino la persistente división que define la política estadounidense actual.
El regreso de Trump también plantea preguntas sobre el futuro de la democracia en EU. Su estilo de liderazgo que rompe en dos a la sociedad estadounidense y su fuerte énfasis en el nacionalismo y el populismo siguen moldeando el panorama político. La era Trump ha sido caracterizada por un desafío constante a las normas democráticas y una retórica incendiaria que ha encendido las divisiones sociales y políticas.
Seguridad
Las fallas del Servicio Secreto durante la campaña de Trump, que casi le cuestan la vida en un mitin en Butler, Pennsylvania, han llevado a una revisión exhaustiva y a la implementación de protocolos.
El Servicio Secreto ha convocado a agentes de todo el país para aumentar los niveles de personal, que ya son los más altos en tres años.
“Se han realizado ensayos de seguridad durante eventos recientes, como el funeral de Estado del expresidente Jimmy Carter, para probar y ajustar las medidas de seguridad”, comentó a EL UNIVERSAL uno de los agentes activos del Servicio Secreto de Estados Unidos.
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Las agencias federales, municipales y estatales están trabajando juntas para asegurar el evento, incluyendo la Policía Metropolitana de Washington y la Guardia Nacional, aseguró la fuente.
Biden le dará la bienvenida a Trump a la Casa Blanca uniéndose a él en el viaje al Capitolio antes de la toma de posesión del cargo. La investidura se celebrará en el interior del Capitolio debido a las temperaturas glaciales.
Trump anunció que el Capital One Arena, el recinto que acogerá su mitin el domingo por la tarde en el centro de Washington, estará “abierto el lunes para presenciar en directo este acontecimiento histórico”. También tendrá lugar ahí el tradicional desfile posterior a la investidura, organizado habitualmente a lo largo de la inmensa explanada del Mall.
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La ceremonia trasladada al interior del Capitolio “será una experiencia maravillosa para todos, especialmente para los numerosos telespectadores”, afirmó Trump.
El Capitolio tendrá medidas de seguridad extremadamente estrictas, incluyendo dispositivos de detección de bombas, francotiradores y detectores de radiación. Se establecerán zonas de alta seguridad alrededor del Capitolio y la Casa Blanca, con barreras y vallas adicionales. Se utilizarán drones y tecnología avanzada para identificar y neutralizar posibles amenazas. Sólo se distribuirán 220 mil boletos para asistir a la ceremonia y se implementarán controles de acceso rigurosos.
Invitados especiales
Tradicionalmente, las ceremonias de investidura presidencial en EU no cuentan con la presencia de jefes de Estado extranjeros; en su lugar, suelen asistir los embajadores; sin embargo, Trump decidió extender invitaciones a varios líderes internacionales, especialmente aquellos con afinidades ideológicas.
Entre los invitados destacados se encuentran Santiago Abascal, líder del partido español Vox, quien ha confirmado su asistencia. Javier Milei, presidente de Argentina, también fue invitado y se espera asista, igual que el mandatario paraguayo Santiago Peña. La embajadora de El Salvador en Estados Unidos, Milena Mayorga, confirmó que el mandatario Nayib Bukele ha sido invitado, pero se desconoce si asistirá.
Los primeros ministros de la derecha radical de Italia, Giorgia Meloni, y de Hungría, Viktor Orbán, han sido invitados. Xi Jinping, presidente de China, recibió una invitación, pero declinó asistir; en cambio, irá el vicepresidente Han Zheng. Edmundo González, opositor venezolano, también irá.
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La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no asistirá, pero aseguró que estará el embajador de México, Esteban Moctezuma.
Expectativas
Aunque la familia presidencial siempre está presente, se confirma que se espera la presencia de la mayoría de los miembros de la familia Trump y amigos cercanos, así como familiares y cercanos al vicepresidente JD Vance, quien juramentará a su cargo. El gabinete completo estará ahí, incluido Elon Musk. Según detalles compartidos con los medios, el acto incluye un discurso inaugural enfocado en la visión trumpista de un “segundo comienzo”. Trump planea destacar los logros de su primer mandato y criticar duramente a la administración Biden. Trump dijo que el tema de su discurso inaugural será “unidad y fuerza”, y la palabra “justicia”.
Se anticipa la participación de artistas afines a su movimiento. Según informes, Carrie Underwood interpretará America the Beautiful antes de que Trump preste juramento, y Village People, conocido por su éxito Y.M.C.A., actuará en un baile inaugural y en un mitin previo a la investidura. Se ha confirmado la participación de la New York Military Academy y la NYPD Emerald Society Pipes and Drums en el desfile inaugural.
Clima social y político
Para los seguidores del republicano, es un momento de redención. Sarah Thopson, una ama de casa en Chicago, comentó a EL UNIVERSAL que “Trump es el único que realmente nos entiende. Biden nos ignoró por cuatro años, pero ahora estamos de vuelta”. Para sus detractores, el retorno de Trump es alarmante, “el día 20 será un día oscuro para la democracia”, dijo a este diario David Hernández, un organizador comunitario en Los Ángeles. “Trump representa el autoritarismo que creíamos haber superado”.
Dentro del Partido Republicano, las opiniones están divididas. Aunque figuras como el senador Josh Hawley han celebrado el regreso del magnate, calificándolo como “una restauración del liderazgo fuerte que necesita EU”. Otros republicanos más moderados como Mitt Romney, excandidato presidencial republicano, han advertido que “debemos ser cuidadosos de no caer en la trampa de un culto a la personalidad”.
La toma de posesión de Trump no será un evento ordinario. Más allá de la ceremonia, representa un momento de transformación para Estados Unidos. Mientras sus seguidores celebran el inicio de lo que consideran una “segunda era dorada”, sus críticos se preparan para enfrentar lo que ven como un periodo de retos democráticos sin precedentes. Como dijo el propio Trump, “no es sólo mi regreso, es el regreso de un movimiento. Estamos aquí para quedarnos y esta vez no nos detendremos”.