Washington.— La campaña de desinformación política de Rusia en las redes sociales de Estados Unidos tuvo un alcance mucho más grande del que se había pensado en un inicio, con brigadas que trabajaron para desalentar al electorado afroestadounidense y “difuminar las líneas entre la realidad y la ficción”, para ayudar a que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales de 2016, según reportes publicados ayer por la Comisión de Inteligencia del Senado.
Dicha campaña no terminó cuando Trump ganó las elecciones y asumió el cargo. Las brigadas siguen trabajando para avivar las pasiones racistas y políticas en EU, durante un momento de mucha discordia política, indican los informes.
Los dos estudios son la descripción más completa hasta ahora sobre la injerencia rusa en las redes sociales estadounidenses. Se suman a lo que los investigadores han estado rastreando desde 2017 sobre la presunta injerencia rusa en la campaña electoral de Donald Trump.
Facebook, Google y Twitter se negaron a comentar al respecto.
Los informes fueron compilados por la firma de ciberseguridad New Knowledge y por el Proyecto de Investigación de Propaganda Computacional —estudio de investigadores en la Universidad de Oxford y de Graphika, dedicado a análisis de redes sociales.
El reporte de Oxford detalla la forma en la que los rusos enviaron sus mensajes a grupos específicos, incluidos algunos destinados a desalentar el voto en determinados sectores de la población estadounidense y a avivar la ira hacia la derecha.
Señala que la Internet Research Agency (IRA), una “granja” de “trolls” con sede en San Petersburgo, habría buscado desmoralizar a los afroestadounidenses y disuadirlos de votar.
Su principal objetivo fue profundizar las divisiones de la sociedad estadounidense, para desanimar a los liberales prodemócratas —incluidos latinos, jóvenes y la comunidad LGBT— de votar.
El análisis extensivo de miles de publicaciones y anuncios de IRA en varias redes sociales entre 2015 y 2017 muestra un énfasis especial en provocar el odio de los afroestadounidenses para que se quedaran en casa el día de las elecciones.
“Es evidente que las campañas pretendían desmovilizar a los afroestadounidenses, a la comunidad LGBT y al electorado liberal”, precisa el informe.
Al mismo tiempo, “los mensajes dirigidos al electorado conservador y de derecha buscaban hacer tres cosas: repetir lemas patrióticos y en contra de los migrantes, provocar indignación con publicaciones sobre concesiones hechas por los liberales a ‘otros’ a expensas de los estadounidenses, y para motivarlos a votar por Trump”.
Tras las elecciones de 2016, Rusia puso el foco en desacreditar al fiscal especial Robert Mueller, quien investiga la trama rusa, difundiendo historias falsas en las que lo acusan de corrupto.
El reporte de New Knowledge dice que todavía hay algunas cuentas activas ligadas a la IRA.
De acuerdo con el Pew Research Center, los votantes blancos se dispararon en 2016, mientras que los votantes afroestadounidenses bajaron cinco puntos porcentuales, a 59.6%, con relación a las elecciones presidenciales de 2012.
En tanto, James Comey, ex director del FBI despedido en 2017 por Donald Trump, criticó ayer las “mentiras” del presidente y llamó a los legisladores republicanos a resistirlo.
“Aquellos que están mejor informados, incluidos los miembros republicanos de este cuerpo, deben tener el coraje de levantarse y decir la verdad”, dijo al comparecer ante la Comisión de Inteligencia del Senado.