San José.— Con la amenaza de que tres caravanas de viajeros irregulares saldrán de El Salvador a Estados Unidos a finales de marzo y principios de abril, los gobiernos de Washington, San Salvador, Guatemala y Tegucigalpa acordaron ayer en Honduras combatir a las mafias de traficantes de personas y reforzar la seguridad fronteriza en el Triángulo Norte de Centroamérica para impedir el flujo ilícito de migrantes a suelo estadounidense.

Tras alertar que en EU “nos enfrentamos a una emergencia y nuestro sistema de inmigración está a punto del colapso”, la secretaria estadounidense de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, dijo que lo rubricado ayer es un “acuerdo histórico” con el Triángulo, formado por Guatemala, El Salvador y Honduras.

Es un pacto “sin precedentes” de EU y los tres países “para combatir el tráfico, la trata y los criminales transnacionales; expandir el intercambio de información e inteligencia; y fortalecer la seguridad fronteriza”, informó al final de una cita cuatripartita en Tegucigalpa, sin dar detalles del acuerdo.

“Hemos acordado aumentar nuestra acción conjunta contra las redes criminales y mejorar la seguridad regional fronteriza para prevenir la migración irregular que pone nuestra región en riesgo”, adujo.

En un comunicado difundido al término de la reunión, se informó que se convino “desarrollar operaciones conjuntas entre las policías de los países con el objetivo de combatir las estructuras criminales de la región”. Un funcionario hondureño dijo que EU está incluido.

El salvadoreño Rodolfo Espinoza, presidente de la Asociación de Motoristas de El Salvador, que reúne a transportistas privados de ese país, advirtió ayer que “la primera caravana saldría el próximo domingo y sigue en pie”. Todo depende de negociaciones hoy y mañana, aclaró.

Consultado por EL UNIVERSAL, adujo que la violencia, criminalidad y las trabas al transporte llevaron a miles de personas ligadas a ese gremio a evaluar la opción de migrar en una caminata que se iniciaría el próximo domingo en San Salvador y que otras saldrían a inicios de abril.

Las marchas emularían a la primera que, con centenares de personas sin visa y a pie, surgió en octubre de 2018 de Honduras rumbo a Guatemala, México y EU, y a las que luego se unieron otras movilizaciones masivas que causaron una crisis migratoria regional que persiste sin visos de solución.

En este contexto, Nielsen se reunió ayer en Tegucigalpa con el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, y con delegados de los gobiernos de Honduras, Guatemala y El Salvador para fortalecer la seguridad limítrofe en esos tres países, que son fuente incesante de corrientes migratorias. Hernández admitió en el encuentro que “no podemos retroceder en lo que ya iniciamos, tenemos que consolidar nuestro sistema de seguridad”.

También reconoció que por la violencia en Honduras “hemos perdido en los últimos 15 o 20 años alrededor de 67 mil vidas a raíz del fenómeno delincuencial y de la criminalidad organizada; esa es una cifra mucho mayor que lo que EU perdió [de 1960 a 1975] en toda la guerra de Vietnam”.

***Con información de Reuters

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