Bruselas.— El decreto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de declarar terroristas a los cárteles mexicanos es una apuesta con vocación de contagiar a Europa y a otras partes del mundo, advierten expertos.
El director del Centro Europeo de Seguridad e Inteligencia Estratégica (ESISC), Jean-Claude Moniquet, dice a EL UNIVERSAL que la orden de Trump puede tener un efecto dominó en las naciones europeas acechados por el extremismo y la presencia creciente de los cárteles mexicanos, como es el caso de Países Bajos en donde se han detectado laboratorios de metanfetamina de crystal con cocineros del narco.
“Es una posibilidad real. Varios países europeos, entre ellos Francia, Reino Unido, España, Bélgica, Países Bajos, se han enfrentado en los últimos años a un crecimiento exponencial del tráfico de drogas, en particular de cocaína procedente de México o América Latina”.
Pone como ejemplo a Francia, en donde se incautaron 47 toneladas de cocaína en los primeros meses de 2024, el doble que el año previo.
En Italia, señala, los acuerdos entre los cárteles y la mafia calabresa, la ‘Ndranghetta, han hecho de este grupo el mandamás en la península, rebasando a la Cosa Nostra.
“La ‘Ndranghetta se ha convertido en el principal importador de cocaína de Europa y está extendiendo sus redes no sólo por toda la Unión Europea, también a países tan lejanos como Estados Unidos, Australia y Canadá”. La formación de alianzas y el vertiginoso aumento del negocio de la droga ha ido acompañado de la exacerbación de la violencia en las calles europeas, según Europol. “Los grupos criminales libran una guerra sin cuartel para controlar las rutas de suministro de drogas, los puntos de entrada en Europa, las vías de comunicación con los mercados extraeuropeos y los puntos de venta de estupefacientes. Esto se ha traducido en numerosos asesinatos, secuestros y actos de tortura, como en México. El número de víctimas colaterales de la guerra contra la droga aumenta”, dice Moniquet.
Señala que la situación ha escalado a tal nivel, que un informe del Senado francés publicado el verano pasado encendió las alarmas de que el Estado estaba perdiendo la guerra y se estaba creando un auténtico narcoestado. “Las autoridades hablan de la ‘mexicanización’ de Francia. Hace unos días, en una rueda de prensa conjunta, el Prefecto de Policía y el Fiscal de Marsella declararon que el narcotráfico estaba evolucionando de narcodelincuencia a narcoterrorismo. Así que sí, habrá otros países, sobre todo en Europa, que observarán muy de cerca lo que ocurre en Estados Unidos y quizá se inspiren en ello”.
Edwin Bakker, profesor en Terrorismo y Antiterrorismo en el Institute of Security and Global Affairs de La Haya, puntualiza que la designación de narcos a terroristas puede ser un calificativo tentador, principalmente entre los gobiernos populistas en expansión tanto en Europa como en América Latina.
“No estoy seguro de que otros países sigan la decisión de Trump. Tal vez algunos gobiernos populistas. Tal vez en América Latina, donde se utilizó por primera vez el término narcoterrorismo”.
La distinción de narco a terrorista no es menor, va más allá del cumplimiento de un capricho de Trump, quien lo intentó y falló durante su primer mandato. Los estudiosos coinciden en que habrá repercusiones, principalmente en el ámbito de la ruta del dinero, al ampliar el marco de acción y las capacidades.
“Podría tener enormes consecuencias para los bancos, conocen a sus clientes. También podría permitir el uso de otras herramientas y agencias para investigar a los cárteles”, indica Bakker.
Además de ampliar los poderes para perseguir a los actores económicos que facilitan el blanqueo de los dineros de la droga y su inversión, Moniquet dice que la designación permitirá imponer penas más severas, facilitará la expulsión del territorio de extranjeros asociados y generará las condiciones para poner en marcha programas específicos de cooperación con otros Estados.
La Europa rica no es ajena al terrorismo, cada año enfrenta el fenómeno en sus distintas dimensiones. En su último reporte, Europol identificó 120 ataques frustrados o materializados en los estados miembros de la UE en 2023, 70 de ellos fueron realizados por movimientos separatistas, 32 por anarquistas o de extrema izquierda, 14 por yihadistas y dos de ultraderecha. Hasta la fecha, ninguna organización mafiosa figura en la lista de los diferentes tipos de terrorismo.
Para el profesor Bakker, los cárteles mexicanos no encajan en la definición de organización terrorista, si se piensa que una ideología política es un ingrediente clave.
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“No obstante, sí, si nos centramos en el aspecto de suponer una amenaza para el Estado de derecho democrático, por ejemplo, mediante ataques a jueces, periodistas o políticos. La venta de drogas o el tráfico de inmigrantes es, en el mejor de los casos, una amenaza indirecta al estado de derecho democrático y no parece justificar la etiqueta de terrorista”. Moniquet considera que el comportamiento de los cárteles mexicanos y sus presuntas alianzas con Irán y Hezbolá hacen merecedor el título asignado por Trump.
Otro elemento se refiere al uso de violencia premeditada y políticamente motivada, dirigida contra objetivos no beligerantes por parte de grupos clandestinos o subnacionales. “También hay que señalar que en 2009, el director saliente de la CIA, Michael Hayden, estimó que la segunda mayor amenaza para Estados Unidos, después de Al-Qaeda, eran los cárteles mexicanos”.
Para Moniquet, hay similitudes entre el narco y la yihad, ve métodos similares en los modus operandi de los cárteles y Al-Qaeda. “Los cárteles mantienen verdaderos ejércitos privados, comparables en tamaño y métodos a las ramas armadas de los grupos terroristas. Desde hace dos décadas, libran una rebelión armada contra el gobierno e intentan hacerse del control de territorios. Este conflicto se ha cobrado más de 400 mil vidas en 20 años”.