Más Información

Grupo México, de Germán Larrea, presenta oferta para la adquisición de Banamex; quiere que sea 100% mexicano, señala

Citi responde a oferta de compra de Banamex por Grupo México; no se ha recibido una propuesta oficial, dice

Alcaldía Cuauhtémoc suspende evento en inmueble donde se encontraban alrededor de mil 200 jóvenes; no había condiciones de seguridad

Sheinbaum estrena documental a un año de gobierno; presenta "Los primeros 365 días, la transformación avanza"

Encuentran a familia de Gilberto Aarón, víctima de explosión de pipa de gas en Iztapalapa; estuvo varios días sin ser identificado

Hasta 6 años de prisión para quien hagan memes o stickers sin consentimiento; diputado de Morena presenta iniciativa
Un hombre tiñó hoy de rojo el agua de la monumental Fontana di Trevi de Roma para denunciar el estado de degradación que atraviesa la capital y, tras su actuación, fue detenido por las autoridades, informaron medios locales.
El autor de estos hechos fue identificado como Graziano Cecchini , un activista vinculado con la extrema derecha que hace una década, en 2007, realizó esta misma acción.
El hombre accedió al vaso de la fuente y comenzó a verter un líquido rojo que rápidamente tiñó sus aguas y las autoridades procedieron a cortar el flujo para evitar que el producto dañara el monumento, recientemente restaurado.
Cecchini fue detenido por la Policía y las autoridades investigan eventuales daños en el monumento para formalizar una denuncia en su contra, según los medios locales.
El autor, que en el pasado lanzó medio millón de pelotas de colores por la escalinata de la Plaza de España , señaló que siempre ha creído "en las formas de arte que emocionan y transmiten estupor, sentimiento y reacción".
"Hoy Roma necesita reaccionar, despertar de este falso entumecimiento y gritar ¡no puedo más!", destacó el activista en una publicación de su perfil de Facebook.
En este sentido vinculó su acción a una denuncia sobre el grado de degradación que padece la ciudad que, a su parecer, "está apagada y adormecida en medio de su propia suciedad y corrupción".
"Diez años después, repito mi actuación para tratar de sacudir los ánimos, acepto el riesgo de alzar la voz por todos aquellos que piensan que 'no sirve para nada'", destaca, para después asegurar que el producto rojo no daña el monumento.
ae